Socializando con sentido común

Por JoseV, el 06/04/2014

Socializando con sentido común

La socialización trata de la forma en la que nos relacionamos con los demás, como establecemos relaciones con otros, lo que es correcto o no, en términos sociales. En el mundo virtual tiene que ver con todo esto, pero gracias al efecto multiplicador de las redes sociales podemos llegar a muchos más y más lejos. Es fantástico que podamos relacionarnos con personas de todo el mundo. Lo que puede plantearnos algunas dudas son las consecuencias y la forma en la que ocurre, en ocasiones.

La cibercrastinación está en el centro de algunos de los comportamientos más extendidos en la actualidad. El uso que hacemos de las redes sociales puede ser adecuado o no dependiendo de como nos esté afectando. Si una pregunta, una respuesta o un comentario siguen acompañados de un ja, ja ¿estamos mostrando que somos divertidos, que nos hace gracia o es una forma virtual de sonreir? Creo que muchas veces es un tic, una forma aprendida de hacer las cosas, imitación de un comportamiento socialmente aceptado. Podemos estar tristes, no hacernos ni pizca de gracia y desde luego físicamente no estamos sonriendo. Socializar de esta forma tiene un coste y es que no estamos compartiendo nuestros sentimientos reales, nuestro estado de ánimo. Lo que implica dar una imagen que pocas veces tiene que ver con la realidad y construimos relaciones poco estables, basadas en personajes que podrían casi ser un avatar de nosotros mismos. Nunca seríamos, realmente, nosotros.

Un aspecto importante de la finalidad de socializar en lugares como Facebook, de estar en contacto con quien queremos o apreciamos en el Whatsapp debería ser construir relaciones sólidas e interesantes. Tiene que haber una parte importante de las etéreas, de las que se quedan en el jaja, pero si uno no es capaz de establecer lazos más poderosos con aquellos que quiere, que merecen la pena, si estás relaciones se vieran afectadas por el mismo tipo de comportamiento ¿qué utilidad tiene estar en contacto con cientos o miles de personas que prácticamente no conocemos?

La realidad es que acabará afectando a nuestro comportamiento y a todas nuestras relaciones en alguna medida. Un estudio de la Universidad de Michigan del año pasado mostraba que cuanto más se utilizan las redes sociales, concretamente Facebook, peor nos sentimos. No nos hacen más felices y no estamos más satisfechos. El estudio plantea la posibilidad de que al estar más tiempo en Facebook, aumenta la información que recibimos, comparando con lo que hacen y dicen los demás. Cuanto mayor es la interación, más atentos estamos a lo que publican otros. Consecuentemente estamos más pendientes de lo que pasa y comparando con nuestra propia vida. Y pocas son las que pueden soportar la comparación constante de un río de posts sobre aspectos que son fundamentalmente positivos e interesantes, lo mejor de la vida de montones de personas, con todo lo que sabemos de la nuestra, lo público y lo que solo cada uno conocemos. Resultando que la nuestra es menos interesante y rica que las de otros. Según como seas eso tiene consecuencias: para la autoestima, en la forma que te ves a ti mismo en comparación con los demás o en tu estado emocional, por ejemplo.

Lo cierto es que casi ninguna vida es tan rica e interesante. Pero la suma de todas es insuperable, por lo tanto es recomendable tomar algunas medidas de precaución, para evitar que la forma de vida en un mundo irreal nos acabe afectando:

  • La primera y principal premisa es que debes dosificar tu tiempo en las redes sociales y el uso que haces de ellas. La vida que hay fuera es mucho más interesante. Dejarte arrastar por la cibercrastinación tiene consecuencias.
  • En segundo lugar diría que perseguir la cantidad de seguidores en lugar de la calidad no es práctico en ningún sentido. Por supuesto entrar en una competición contigo mismo para conseguir muchos "amigos" no reemplazará a los de verdad y puede crear una gran frustración.
  • En el mundo virtual casi nada es lo que parece. Nada, ni nadie. Por tanto veamos a los demás como una representación cuasi-perfecta de si mismos, en la que se busca es la teatralización, dar una determinada imagen, no transmitir la realidad. No te compares con seres inexistentes.
  • No te dejes engatusar por los donjuanes cibernéticos. Aprovecharse de personas necesitadas de afecto, es lo que hacen todo el día. En la realidad están lejos de ser perfectos. Las posibilidades de que puedas construir una relación estable con una persona así son casi inexistentes. Tenéis objetivos diferentes, seguro que no hace falta que te cuente cual es el suyo.
  • Si percibes que estar allí te resulta incómodo, que no te sientes bien contigo mismo, que es doloroso, que te está afectando por cualquier motivo, corta. Date un respiro y visita menos las redes sociales.
  • Queda con tus amigos de las redes sociales en la vida real.
  • Y lo más importante cultiva la relación con tu familia y amigos fuera de las redes sociales. Busca nuevos amigos en el mundo real. Son los que estarán ahí cuando los necesites.

Las redes sociales son un herramienta increíble de socialización. Solo hay que tener claro de que va el juego y utilizarlas con sentido común. ¿Nos cuentas para que te ha servido a ti las redes sociales? Tanto si han sido experiencias positivas, como no, explícanos que has vivido en Facebook o Twitter.

 

Imagen por: Shan Sheehan