¿Qué es la Inteligencia Emocional?

Por Tamara GJ, el 10/03/2015

¿Qué es la Inteligencia Emocional?

En Happymente la Inteligencia Emocional es uno de nuestros temas centrales, ya que resulta esencial para el Desarrolloy Bienestar Personal y Social, así que vamos a refrescar algunos coceptos y consejos básicos.

Definición y origen de Inteligencia Emocional

Es la capacidad de sentir, entender y controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos. La definición es interesante porque muestra la Inteligencia Emocional como un proceso.

Este término impactó en el mundo entero cuando lo difundió el psicólogo y periodista Daniel Goleman a través de un libro llamado La Inteligencia Emocional (1995).

Para que alcancemos la tan deseada inteligencia emocional, lo primero que tenemos que reconocer es que no existen emociones negativas.  Simplemente nos informan acerca de la situación que estamos sintiendo en ese momento. Todos los sentimientos y todas las emociones tienen una razón de ser. Ningún sentimiento es malo en sí mismo, simplemente cumple una función. Ningún sentimiento hace daño si lo sabemos aprovechar.

La Inteligencia Emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental, etc.

Una definición de este término que nos gusta, por su sencillez, es: la Inteligencia Emocional es la capacidad que tienen las personas para reconocer tanto sus propios sentimientos como los de las personas que les rodean, así como el conocimiento para manejarlos.

Emociones Primarias

Ira: La sangre fluye a las manos, y así resulta más fácil tomar un arma o golpear un enemigo; el ritmo cardíaco se eleva, lo mismo que el nivel de adrenalina, lo que garantiza que se podrá cumplir cualquier acción vigorosa.

Miedo: La sangre va a los músculos esqueléticos, en especial a los de las piernas, para facilitar la huida. El organismo se pone en un estado de alerta general y la atención se fija en la amenaza cercana.

Felicidad: Aumenta la actividad de los centros cerebrales que inhiben los sentimientos negativos y pensamientos inquietantes. El organismo está mejor preparado para encarar cualquier tarea, con buena disposición y estado de descanso general.

Amor: Se trata del opuesto fisiológico al estado de "lucha o huye" que comparten la ira y el miedo. Las reacciones parasimpáticas generan un estado de calma y satisfacción que facilita la cooperación.

Sorpresa: El levantar las cejas permite un mayor alcance visual y mayor iluminación en la retina, lo que ofrece más información ante un suceso inesperado.

Disgusto: La expresión facial de disgusto es igual en todo el mundo (el labio superior torcido y la nariz fruncida) y se trataría de un intento primordial por bloquear las fosas nasales para evitar un olor nocivo o escupir un alimento perjudicial.

Tristeza: El descenso de energía tiene como objeto contribuir a adaptarse a una pérdida significativa (resignación).

Para qué sirve la Inteligencia Emocional

Para conocer las emociones y sentimientos propios. Para aprender a reconocerlos y manejarlos, facilitando el control sobre nosotros mismos. LLegando a convertir aquello que nos limite en algo que nos potencie, que nos impulse, desarrollando nuestra capacidad de automotivación y mejorando nuestro bienestar personal.

La Inteligencia Emocional también es fundamental en el bienestar social. Quien controla sus emociones, controla sus relaciones. Ser capaz de transformar la ira, la culpa, la decepción, la envidia, la tristeza,... en ilusión, aceptación, confianza, compasión, alegría... es un don maravilloso que todos podemos adquirir y desarrollar. Conseguir que la interacción con los demás sea fluida, fácil, agradable, en cualquier ámbito de nuestra vida, nos resultará beneficioso desde el principio.

 

Imagen:Lluïsa Nuñez