¿Qué es la Resiliencia?

Por Tamara GJ, el 14/04/2015

¿Qué es la Resiliencia?

La R.A.E., define la Resiliencia, desde su acepción psicológica, como  la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Es decir, la resiliencia (cuántas más veces nombremos el término, antes nos familiarizaremos con él ;) es la habilidad para recuperarse de las adversidades de la vida, en cualquier ámbito: personal, familiar, social, laboral,… desarrollando recursos que tenemos en nuestro potencial, pero que probablemente estén en desuso.

Resiliencia y Psicología

En Psicología la resiliencia se está convirtiendo en un arma poderosa a la hora de adquirir el control sobre nuestra vida. El hecho de ser flexibles ante las adversidades que se nos vayan presentando, y de poder enfrentarlas para utilizarlas en nuestro crecimiento personal, está siendo la base de muchos tratamientos y terapias orientadas a dotarnos de técnicas y herramientas que nos hagan la vida más sencilla.

En este sentido, la resiliencia tiene mucho que ver con la Psicología Positiva, puesto que una de las mejores formas de superar un obstáculo, aprender de un fracaso, recuperarse de una tragedia,… es ver el lado bueno de la situación. Analizar lo que nos esté pasando de forma objetiva -sin olvidar nuestros sentimientos y emociones, que hemos de gestionar de otra manera- y aprender de ello. Buscar la forma de hacer del problema una solución, una motivación que nos impulse hacía delante impidiendo que nos bloqueemos y estanquemos en nuestro propio malestar.

Un factor importante en la Resiliencia, también muy presente en Happymente, es la autoestima. Las personas con un buen autoconcepto, seguras de sí mismas, coherentes con lo que hacen, piensan y sienten y orientadas hacía el futuro, desarrollan más fácilmente está capacidad y les resulta más sencillo tomar decisiones y buscar soluciones.

Superar un problema, conflicto o tragedia no siempre es sencillo, pero con una actitud optimista podemos transformar lo negativo en positivo y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.

Resiliencia, Sociedad y Educación

Desde cualquier ámbito y área somos responsables de la educación de nuestros niños y jóvenes. Conseguir una sociedad de adultos sanos física y mentalmente depende de todos nosotros. La enseñanza y valores que les mostremos y transmitamos serán la base de su adaptación al entorno, de su felicidad. Hemos de ser coherentes, empáticos y generosos. Orientarlos hacía el futuro, guiándoles en el desarrollo de sus habilidades, consiguiendo personas autónomas, responsables de su bienestar y de su entorno, de sus iguales y seres queridos.

Con cada persona que interaccionamos nos comunicamos e intercambiamos algo, lo que nos da la posibilidad de aprender, a veces cosas que nos favorecen y otras veces cosas que nos perjudican. Esta realidad nos permite tomar ventaja para sacar el mayor provecho de nuestras relaciones, pero esta habilidad tenemos que aprenderla y desarrollarla. En cualquier caso, cada uno de nosotros, desde nuestro nacimiento, estamos expuestos a los estímulos externos y nos afectarán en mayor o menor medida, para bien o para mal, según les dejemos.

Hemos de enseñar a nuestros jóvenes a ser críticos, a buscar soluciones y no recrearse en lo negativo, a aprender y seguir adelante, motivarles a que se enfrenten a nuevos retos, a que su inquietud y curiosidad se enfoquen en ser creativos y coherentes. A qué los golpes y fracasos que se vayan encontrando les harán más fuertes, les ayudarán a superarse y ser mejores. A qué la vida es disfrutar y sufrir, y mostrarles la variedad emocional de los seres humanos en su totalidad, ayudándoles a desarrollar habilidades para saber gestionarlas. Aumentando su capacidad de auto-organización y auto-control.

En definitiva, hemos de inculcar estilos de vida constructivos, positivos, de convivencia respetuosa hacía nuestros semejantes y nuestro entorno.

Resiliencia y Cibercrastinación

Hay que tener presente que las nuevas generaciones vienen cargadas de conocimientos y recursos tecnológicos con los que el resto de mortales nos defendemos a duras penas, y por desgracia, la cibercultura que se está apoderando de nuestra sociedad en demasiadas ocasiones causa más perjuicios que beneficios.

En este sentido se está generando una corriente de investigación, divulgación, formación y prevención digna de mención y de la que nosotros formamos parte. La Cibercrastinación, a groso modo, es un mal uso de las herramientas y aplicaciones tecnológicas. Se origina y potencia, en parte,  por la falta de capacidad para afrontar y superar situaciones desagradables problemáticas, conflictivas y/o traumáticas. Es decir, aquellas personas que tengan una baja capacidad de resiliencia serán propensas a cibercrastinar, a evadirse de forma robótica para no afrontar sentimientos o pensamientos negativos.

Cuando el móvil, ordenador o Tablet nos roban demasiado tiempo o nos aferramos a ellos para evadirnos realizando cualquier tarea irrelevante e insignificante, estamos malgastando parte de nuestra vida, y con el uso cada vez más extendido y generalizado de este tipo de dispositivos, la tecnología está tomando el control sobre nosotros, y no siempre para hacernos sentir bien.

Un conocimiento más profundo y un uso más racional de la tecnología es posible. En nuestra mano está la opción de pulsar las teclas o no. Párate a pensar si realmente es necesario que mires la pantalla cada pocos minutos en busca de avisos o notificaciones con novedades de cosas que la mayoría de las veces ni te van ni te vienen, y si todo ese tiempo, gestionado de otra forma, no estaría mejor empleado en aquellas cosas pendientes que nunca haces.

Podrías dedicar alguno de esos minutos a meditar, respirar o hacer estiramientos. A leer un buen artículo o ese libro que te lleva esperando meses. A pasear por un parque y recrearte con los paisajes. A conversar y disfrutar de una buena compañía. A cualquier cosa que te conecte de verdad con la vida, que te ayude a enfrentarte a ella y disfrutarla.

 

Imagen: Maze Puzzle (Blender)