La terapia de pareja, una ayuda en las crisis

Por Pilar, el 21/04/2021

La terapia de pareja, una ayuda en las crisis

¿Para qué sirve la terapia de pareja?

Es una escena bastante habitual en las películas norteamericanas: una pareja con problemas contando sus intimidades delante de un terapeuta, todo lo que no han sido capaces de decirse a la cara.

Además de dar mucho juego en las historias de ficción, la terapia de pareja puede ser muy útil, tanto como lo es acudir a cualquier especialista para resolver un problema. Es una de las pocas veces en las que la presencia de una tercera persona en la pareja puede solucionar un problema.

En las relaciones hay momentos mejores y peores y es muy fácil quedarse atascados de forma individual, sin saber cómo resolver algo que acaba afectando a uno mismo y a la pareja. La mayoría de las veces, se trata de problemas personales,  laborales, de trabajo, que acaban afectando a la pareja y su entorno.

Tal vez todo empieza por no hablar a tiempo de algo que preocupa a uno de los dos, aparece la desconfianza, la desgana, puede que los problemas sexuales o la infidelidad. Y posiblemente de la manera más absurda comience a degradarse inconscientemente una relación que no tiene ni más ni menos motivos que cualquier otra para romperse. 

Cómo funciona la terapia de pareja

Si una pareja es incapaz de comunicarse entre ella, la presencia de un interlocutor neutral que solo va a intervenir lo justo, puede ayudar a quitar ese "tapón" y dejar que vayan saliendo las quejas. El terapeuta es el que sabrá interpretar qué ocurre con lo que se cuenta y también con lo que no, generando un ambiente en el que no se deja nada por hablar, por molesto o desagradable que sea. Se trata de sacar los sentimientos para averiguar qué ocurre y entonces buscar una solución. 

El terapeuta habla claro y ayuda a entender a cada miembro de la pareja de forma objetiva lo que hace bien o lo que hace mal, enfrentándole a él mismo. Aquí no se trata de buscar al bueno y al malo, se trata de ver dónde se han atascado cada uno, e intentar que la pareja vuelva a tener una comunicación fluída. 

Con la terapia de pareja, se vuelve al punto inicial de la relación, en la que cada uno se fijaba en las bondades y virtudes del otro, volver a los puntos en común, a lo positivo y agradable. 

Como en cualquier otro tipo de terapia, es fundamental querer ser ayudado. Si uno de los miembros de la pareja no cree que sea algo positivo, solo sirve para perder el tiempo y porqué no, el dinero. En la terapia de pareja puede salir mucha porquería, de hecho tiene que salir toda para que las cosas se solucionen, y tampoco eso asegura que la pareja vaya a continuar. Si tras asistir a una terapia, se analiza la situación y queda claro que se ha acabado el amor, es mejor terminar. Y sin duda, a pesar de lo que pueda parecer, será un triunfo, porque seguir con una relación viciada no sirve para nada.

Imagen:  Josh Felise