Mejorando tu autoestima
Por Tamara GJ, el 07/11/2013

La autoestima es la capacidad que tenemos para valorarnos y tratarnos a nosotros mismos con dignidad y amor de foma realista. Relacionada con la autoimagen y el autoconcepto, hace referencia a los conocimientos y sentimientos que tenemos sobre nuestra propia persona. De ella depende nuestra capacidad de pensar y afrontar los desafíos de la vida.
Implica que sintamos que somos valiosos y eficientes, así será tanto un concepto como una actitud manifestada a través de nuestra conducta. Así la autoestima nos permitirá alcanzar la autorrealización física y mental, haciéndonos responsables de nosotros mismos, de nuestro desarrollo personal y de nuestras acciones para/con los demás y nuestro entorno.
Se encuentra en la base del éxito personal, de la estabilidad mental y emocional, puesto que se trata de la confianza y el respeto hacia nosotros mismos, de la fe que tenemos en nuestras capacidades para conseguir nuestros logros, para superar problemas, para enfrentarnos a nuestras limitaciones.
Para tener una sana autoestima hemos de conocer y estar pendientes de nuestras cualidades, de nuestras emociones, deseos y necesidades, encontrando el equilibrio entre todas ellas.
¿Tu autoestima está equilibrada?
La autoestima es variable: todos pasamos por momentos en los que nos queremos mucho y deseamos mostrarlo al exterior y otros en que nos avergonzamos e intentamos escondernos.
La autoestima sana es la confianza en las propias capacidades, la honestidad respecto de nosotros mismos y los demás. Se trata de expresar nuestra libertad e integridad entre nuestros valores y acciones, entre lo que sentimos y lo que decimos. Tratar a los demás con respeto, benevolencia y buena voluntad, estableciendo relaciones constructivas, igualitarias. La sana autoestima se manifiesta en la alegría y la motivación que tenemos por nosotros mismos y nuestras habilidades, siendo conscientes de nuestras limitaciones, haciendo lo posible por mejorarlas.
Una autoestima insana puede darse de dos maneras:
- La pseudo-autoestima, o autoestima “inflada”, refleja soberbia o prepotencia. Falta de humildad que dificulta la capacidad de empatizar con otros inversamente proporcional a la susceptibilidad frente a los propios sentimientos, desarrollando problemas como irritabilidad, intolerancia, narcisismo, egoísmo y exageración. Resultando poco aceptado por otras personas y en muchas ocasiones criticado y marginado, lo que puede desembocar en trastornos psicológicos como ansiedad y depresión o sociales, laborales y familiares.
- Por el contrario, la baja autoestima se da cuando sentimos que valemos poco, estamos inseguros y cansados y nada nos motiva. Pensamos que somos insignificantes y nos aislamos del mundo. Nos refugiamos en lo conocido por temor a lo nuevo Cómo hacer los sueños realidad. Las consecuencias pueden ir desde dificultades para comunicarnos y aumentando también la probabilidad de desarrollar ansiedad o depresión y fobias sociales o de otro tipo.
Tu autoestima puede mejorar!
Cómo cualquier capacidad o habilidad de los seres humanos, La autoestima es modificable en la medida en que lo visualicemos y nos pongamos a ello.
La confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de cubrir nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos, son los propósitos que nos harán encontrar un equilibrio en nuestro mundo interno, en nuestra autoestima. Nos impulsarán en nuestro desarrollo personal con tan sólo seguir unas sencillas pautas:
Reconocer nuestra situación y saber que podemos cambiarla con el objetivo principal de complacernos a nosotros mismos, puesto que a todo el mundo es imposible. Hemos de ser realistas en lo que se refiere a nuestras cualidades y limitaciones, centránodonos en aquello que hemos de mejorar para avanzar paso a paso.
Convencernos de qué sólo nosotros podemos hacerlo. Nadie más puede cambiar y mejorar por ti. Podremos tener el amor, cariño y apoyo de nuestros seres queridos o cualquier persona del entorno dispuesta a echarnos una mano en el camino, pero sólo nosotros mismos podemos tomar las decisiones que determinarán el avance hacia nuestro equilibrio interno.
Decidir hacia donde queremos llegar y buscar la forma de hacerlo. Valorando los pros y los contras. Teniendo presentes las ventajas, para aprovecharlas al máximo, y las consecuencias negativas, para solventarlas lo mejor posible.
Tener y manifestar una actitud positiva. Estar orgulloso de lo que se está haciendo, aceptando las frustraciones de forma independiente y responsable. Afrontar los nuevos retos con ilusión, buscando el lado bueno.
Ser objetivos sobre nuestros logros y capacidades. Sin disminuirlos ni exagerarlos, sabiendo que todos tenemos puntos fuertes y débiles, modificables en función de nuestros criterios de pensamiento y acción, de nuestras prioridades y motivaciones.
Construyendo nuestro futuro aprendiendo del pasado. Actuamos en el presente con la inercia de nuestro pasado y hacia nuestro futuro, por lo que hemos de ponderar y dejar que nuestros triunfos y fracasos nos afecten en la justa medida en la que supongan un impulso hacía nuestras metas, ni más ni menos.
Ejercicio: autoobservación y autoanálisis.
Para comenzar la mejora de tu autoestima te propongo realizar un sencillo ejercicio cómo primer paso del proceso. Se trata de mirarte a ti mismo en distintos momentos y situaciones y ser objetivo con tus pensamientos y conductas, es decir, deja tus sentimientos temporalmente “aparcados” y hazte las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son mis fortalezas y/o puntos fuertes?
- ¿Cuáles son mis limitaciones y/o puntos débiles?
Una vez tengas claro lo que te motiva y lo que te impide avanzar, párate a pensar en qué áreas te afecta (personal, familiar, social, laboral, económica,…) y cuáles podrían ser las alternativas, y qué puedes hacer para conseguirlas.
Este sería un punto de partida para seguir avanzando en tu desarrollo personal y encontrar el equilibrio en tu autoestima, entre otras cualidades y capacidades, pero siempre puedes pedir ayuda a personas de confianza o a profesionales, consulta tu caso, para llevar a cabo cualquiera de los pasos: observación, análisis, elaboración de plan de acción, valoración de alternativas, búsqueda de soluciones…