Acéptate, y si no te gustas, cámbiate

Por Pilar, el 03/04/2019

Acéptate, y si no te gustas, cámbiate

Una de las premisas de la felicidad es aceptarse. Obvio, uno es como es, algo que no necesita muchas más explicaciones. Hay que reconocer lo que somos para ser conscientes de lo que podemos o no, ser capaces de hacer. Para aceptarse hay que conocerse, lo que no significa necesariamente gustarse. 

Este pensamiento viene al hilo de las explicaciones que dan algunas personas del tipo "Después de mucho tiempo me he aceptado tal como soy". Genial. Porque es una manera de saber dónde está y si quiere hacer algo, de qué punto se parte. Porque llegar a esa afirmación, aceptarse, es bueno, necesario, pero no es suficiente.

Uno podría reconocer que es vago, mentiroso, deshonesto. Un ejercicio de sinceridad, que puede ser doloroso, pero si no se hace nada más, no sirve de nada. Ya que se toma uno la molestia de hacer este ejercicio de mirarse por dentro, lo razonable sería analizar ya puestos, qué parte de esas cualidades es potenciable y qué defectos pueden ser trabajados.

Por eso, investiga cómo eres, acéptate, porque te permitirá acometer objetivos realistas, pero por favor, si no te gusta lo que ves, haz lo que buenamente esté en tu mano para cambiar. Porque recuerda, aceptarse no es necesariamente gustarse, eso es otra tarea.