Soy adulto... pero juego
Por Justina, el 26/10/2012

"Soy una persona muy ocupada, no tengo tiempo para jugar". Esta es una frase muy repetida, pero no por eso cierta. El juego no es un lujo, es una necesidad. Muchos creen que al crecer debemos reemplazar el juego por las responsabilidades, pero no es verdad. El jugar es importante tanto para nuestra salud mental como para nuestra salud física, al igual que lo son actividades como dormir o comer. A través del juego podemos transformar y procesar nuestras experiencias y emociones negativas, y evitar que nuestro cuerpo las psico-somatize. El juego nos conecta con el otro y con el mundo que nos rodea, hace que el trabajo sea mas productivo y disfrutable y nos facilita el aprendizaje. ¿Por qué cuando tenemos un momento libre preferimos tirarnos frente a la pantalla de la TV en vez de jugar? Si comprendiéramos la importancia del juego en nuestra vida, entonces vamos a poder decir: ¡Siempre hay tiempo para jugar!
Los beneficios del juego son para toda la vida
- ¡El juego nos libera! Es una de las pocas actividades que nos separa de los roles que debemos cumplir normalmente: en el trabajo, en la familia, entre los amigos. Cuando juego puedo salirme de mi mismo y ser y hacer lo que quiera. Puedo conectarme con aquella parte de mi personalidad y de mis emociones que suelo ocultar o reprimir, sin dejar que me afecten... después de todo estoy jugando.
- El juego nos conecta con el otro, nos enseña a compartir alegría, risa y diversión. Promueve el sentido de comunidad y fortalece las experiencias de unión con el otro. Nos ayuda a desarrollar la empatía y la confianza, así como también el sentido de intimidad.
- El juego nos enseña a ser perseverantes, nos ayuda a desarrollar nuestra creatividad y nos hace ser mas flexibles en nuestro aprendizaje. Mientras jugamos estimulamos nuestra imaginación, ayudándonos a adaptarnos y resolver problemas.
Podríamos hacer una lista infinita de todos los beneficios que nos produce el jugar. Básicamente, el juego nos hace felices.
Los mandamientos del juego en los adultos
Todos sabemos jugar, todos los hicimos alguna vez. Sin embargo, puede tornarse muy difícil para algunas personas que han perdido el hábito y se dejan ganas por el miedo y la vergüenza. A ellos les decimos:
- No te analizarás: no importa realmente qué te gusta hacer o cuándo te gusta hacerlo.
- Deberás librarte del "qué dirán".
- Te reconectarás con la simplicidad.
- Inventarás una actividad divertida para aquellos momentos que más te cuestan, como los lunes por la mañana.
- Si tienes un hobby, asegúrate de que sea un juego para ti, y no una obsesión.
- Aprenderás del juego de los otros. Cuando te sientas sin ideas, vé a una plaza o parque y observa.
- Ríete de ti mismo. Siempre.
Y recuerda: ¡que no se te olvide empezar a vivir!