¿Cibercrastinamos o cambiamos los hábitos?

Por JoseV, el 11/03/2013

¿Cibercrastinamos o cambiamos los hábitos?

¿Qué es la cibercrastinación?

Los habituales de happymente saben que es la cibercrastinación. Para los recien llegados digamos que la cibercrastinación, también llamada cibercrastinación, es la variante digital de la procrastinación. Si la procrastinación se trata básicamente de como perder el tiempo, no hacer lo que tenemos que hacer, la cibercrastinación sería lo mismo pero por culpa de herramientas como el ordenador, los videojuegos o la televisión. Seguro que más de una vez te has puesto a jugar o chatear en lugar de acabar un trabajo que tenías que hacer. Si es de forma ocasional y es una válvula de escape, no pasa nada, todos necesitamos desconectar. Si es algo más habitual, probablemente eres un cibercrastinador o cibercrastinadora.

¿Por qué cibercrastinamos?

¿Por qué cibercrastinamos? ¿por qué la mayoría de los seres humanos caemos en las garras de la cibercrastinación? Los investigadores y académicos nos han explicado cómo ocurre y porqué, y puedo resumírtelo en un pensamiento muy sencillo: no hacemos lo que tenemos que hacer porque no queremos hacerlo. No nos da la gana. Es extraordinariamente simple, pero demoledor, si nuestras tareas no progresan, si postergamos hasta el último minuto cosas realmente importantes, que nos afectan a nivel personal, social y laboral, es porque sencillamente no deseamos hacerlo.

¿Por qué es importante saber que esta es la razón principal? Porque independientemente de lo que digan los estudios o los profesionales, de los matices y las justificaciones que nos ponemos cada uno, si no hacemos lo que consideramos que debemos hacer, no importa si es por falta de ganas o porque seas una persona que te autosaboteas consciente o inconscientemente, lo importante, es que si en buena medida es una elección, significa que podemos corregirlo. Está en nuestra mano. Podemos elegir hacer las cosas bien. Si lo que no hacemos es importante para nosotros, por el motivo que sea, es posible modificar nuestro comportamiento, para dejar de sabotearnos y hacer las cosas como deberíamos. Además te voy a contar un secreto, creo que para la mayoría no es tan difícil.

¿Soy un cibercrastinador moderado o no?

El otro problema que plantea esto de la procrastinación, es que muchos ni saben lo que significa esta palabra, ni tienen la menor idea, mucho más importante, de que tienen un problema que merece alguna atención. Solo los que han sufrido los efectos, las consecuencias de no hacer lo que debían, tienen alguna conciencia de que hay algo que probablemente no funciona. Es simple, la mayoría hasta que no alcanzamos cierta edad, nos relacionamos con otros y logramos la madurez suficiente, para comparar con los demás, lo que hacemos bien y mal, de una forma desapasionada, no somos conscientes de actitudes y comportamientos que nos pueden perjudicar.

Primero vamos a poner las cosas en su justo término. Si te pasas las horas delante del ordenador, dejando de lado tareas que no tienen importancia, que no te afectan a ti o a los demás, mientras no te autoengañes, no seas demasiado duro contigo mismo, eres un cibercrastinador moderado, como la mayoría. ¿No estás estudiando inglés? ¿te habías propuesto empezar a hacer ejercicio con regularidad? Bueno si no lo has conseguido tal vez no sea el momento. Date algún margen. Pero si está decisión, o la falta de ella, te está pesando, si no te sientes bien, valóralo. Si no es importante, no te castigues, pero si crees que lo es, toma alguna medida.

Tal vez este problema no te afecta, pero si quieres saber como ayudar a alguien cercano que lo padece. Nuestros hijos son grandes cibercrastinadores y estaría bien que pudieramos ayudarles a superar aquello que también nos ha afectado en nuestras vidas.

En Self-Discipline in 10 days: How To Go From Thinking to Doing, Autodisciplina en 10 días: como pasar de pensar a hacer, Theodore Bryant, nos habla del Jekyll y Hyde que hay dentro de cada uno. Ese Hyde que quiere jugar y divertirse, que huye de la responsabilidad, y nos dice que no debemos luchar contra él, al contrario, hay que reclutarlo para la causa. Cada Hyde debe ser parte de la solución, porque Jekyll por si solo no lo conseguirá.

Si cada dos minutos estás consultando el email, si no eres capaz de salir del Facebook y ves como tus tareas se acumulan, como los plazos de los exámenes, de la entregra de ese trabajo se echan encima, ponle coto a la cibercrastinación. Es importante y puede hacerse. Vamos a ver como podemos conseguirlo.

Cibercrastinadores vs Eficientes

La diferencia fundamental entre las personas que hacen lo que deben, vamos a llamarles los eficientes, y todos los tipos de procrastinadores, sabes que en Happymente tenemos un especial cariño por los cibercrastinadores, es que los primeros tienen una mayor capacidad para seguir una agenda y no desviarse de ella. No tiene porque ser una agenda real, aunque es interesante llevar alguna lista de tareas. Los eficientes no tienen porque ser necesariamente individuos muy metódicos, aunque a menudo lo sean, lo que les distingue es su capacidad para no desviarse de su objetivo. Ya sea un trabajo que llevará 10 minutos o un conjunto de tareas que puede llevar incluso años. En su forma de actuar sencillamente no es concebible saltar a cosas que no han programado o que no encajan en su objetivo. Es muy difícil que se despisten. Los que no son como ellos a menudos les ven como personas rígidas, excesivamente disciplinadas, y si bien puedan serlo tampoco significa que no puedan ser individuos muy creativos. El eficiente ha sabido encontrar el balance entre sus deseos y necesidades. ¿Es algo que podemos hacer cualquiera? Al nivel que ellos lo hacen la respuesta es simple: no. Pero sí podemos extraer algunas lecciones de su comportamiento que pueden ser útiles, para modificar aquello que nos hace mucho menos eficientes, y que puede dar un giro impresionante a nuestras vidas.

Atacando el problema: acabar con los malos hábitos

A lo largo de los años los investigadores que han estudiado estos fenómenos, nos han propuesto innumerables técnicas para escapar de la trampa de la procrastinación y en los últimos tiempos de la temible cibercrastinación. Básicamente se trata de encontrar la forma de corregir aquellos hábitos que nos llevan a cuestionarnos nuestra capacidad, lo responsables que somos o con los que sencillamente no nos sentimos bien. Algunos de los que han intentado durante un tiempo cambiar el rumbo te dirán que no es posible modificar los hábitos. No estoy de acuerdo, soy un cibercrastinador moderado tirando a medio y te puedo asegurar que cuando nos proponemos algo en serio casi cualquiera puede conseguirlo. En casos extremos hará falta la ayuda de un terapeuta y siempre viene bien contar con ayuda profesional, hace el camino mucho más fácil. Pero ten por seguro que incluso en aquello que tiene algún efecto sobre la físiología, por ejemplo una adicción como fumar, es posible terminar con ello, si nos lo proponemos con seriedad y lo intentamos de verdad.

El primer paso para modificar un hábito es ser conscientes de lo que queremos cambiar. Escríbelo y toma nota de lo siguiente:

  • Describe y analiza lo que te preocupa
  • Detalla en que consiste
  • Porque crees que ocurre 
  • Y muy importante concreta como ocurre, en que momento exacto y en que condiciones
  • Define cuáles son las consecuencias negativas por no hacer lo que debes
  • Concreta cuáles serían los beneficios de corregir ese hábito
  • Anota cualquier otra cosa que te parezca relevante

Una vez que tengas claramente identificado el problema y las circunstancias, podrás definir una estrategia para frenarlo, primero, y terminar con ello. Supongamos que tu problema es que te pasas muchas horas al día chateando con los amigos, en lugar de estudiar y trabajar. ¿Es el aviso de la mensajería, un sonido, una ventanita apareciendo, el desencadenante por el que automáticamente, sin más reflexión, haces click y te vas a la ventana de chat? ¿Es la causa de que pierdas el control del tiempo y pases diez minutos o dies horas? Desactivar esos avisos sería un primer paso para dejar de perder el tiempo. Pero tal vez debas ir un poco más lejos y sencillamente desactivar el programa de mensajería. ¿Realmente necesitas estar chateando todo el día? ¿Necesitas que ese programa esté activo interrumpiéndote, incitándote a no hacer lo que debes? Puedes definir unas horas o momentos a lo largo de la jornada en los que lo utilizarás. El resto del tiempo no hace falta, puede estar desconectado. Esto puedes aplicarlo a muchos otros casos y herramientas: el email, los juegos, la televisión. Define unos límites y ayúdate a cumplirlos, eliminando aquello que te incita a desviarte de tu objetivo: acabar con ese comportamiento que te perjudica.

Para que esto funcione lo único que tienes que hacer es respetar las normas que te des. ¿Difícil? Depende. Piensa de nuevo en la consecuencia de seguir con lo que estás haciendo mal y recuérdate los beneficios. Si es necesario, quita elementos de distracción y pon visible un postit o un aviso que te recuerde lo malo o lo bueno o ambas cosas, lo que mejor funcione en tu caso. ¿Sigues sin conseguirlo? Probablemente necesitas ayuda, pero inténtalo dándote premios cuando cumplas algún objetivo relacionado con tu hábito.

En este punto creo que no es necesario que te pongas castigos, probablemente ya te recriminas demasiado lo que no funciona. Pero si has llegado hasta cuestionarte como premiar o castigar tu comportamiento, sería recomendable que acudieras a un terapeuta o algún especialista que te guíe y apoye en el proceso. Hoy en día puedes encontrar incluso terapeutas online que te atienden sin salir de tu casa y que te ayudarán a enfrentar tu problema.

Se puede modificar un hábito en unas pocas semanas, pero en muy pocos días, en horas o incluso nada más decidir y poner en marcha el proceso, notarás los efectos de estar en el proceso de intentarlo. Igual que ocurre con el ejercicio o con tantas otras cosas, las recompensas llegan rápido. Aprende a disfrútarlas, tu Mr. Hyde te lo agradecerá, recuerda que el niño que llevamos dentro necesita las recompensas, para lograr el objetivo, para que el proceso funcione de verdad.

Muy importante céntrate en un solo problema, no te pongas objetivos imposibles, que puedas utilizar como justificación, para no cumplir con tus propósitos. Se riguroso, firme en tus objetivos, pero al primer traspies no lo des por pérdido. Ponte de nuevo a la tarea, has aprendido una nueva lección, algo que no debes hacer, seguro que esta vez lo conseguirás.

Si te interesa el tema de la modificación de los hábitos y quieres leer sobre algo concreto, escríbenos, cuenta tu problema, lo que te gustaría cambiar o aporta tu experiencia si crees que puede ser de utilidad a otros. Tus comentarios siempre son bienvenidos en Happymente.

Te deseo una feliz semana. Hasta pronto.