Respira para lograr tus objetivos

Por JoseV, el 03/05/2013

Respira para lograr tus objetivos

He pasado por unas cuantas empresas. Trabajo por mi cuenta desde finales de los 80. Los que me rodean me ven como alguien inquebrantable. La realidad es bien diferente, porque me he caído unas cuantas veces. Un par de las caídas me dejaron seriamente tocado, es duro que la vida se ponga patas arriba. Nada parecía tener solución, todo se derrumbaba a mi alrededor, no tenía control sobre lo que ocurría, no sabía como manejarlo. Afortunadamente solo duró unos cuantos días. Después las piezas empezaron a encajar en mi cabeza de nuevo. Deje de lamerme las heridas y me puse a reconstruir mi vida. Me he levantado una y otra vez. En mi caso son los objetivos lo que me mantiene en el camino. Dar sentido a lo que uno hace, buscar una finalidad, es lo que me funciona. Pero si la crisis aparece de nuevo tengo un arma infalible: la respiración.

Los objetivos

Tener proyectos, plantearse metas, es algo muy importante. Si no tienes un objetivo, es muy fácil perder el rumbo. Necesitas un lugar al que llegar, aunque sea la habitación de al lado, tan solo sea para ordenar los libros o meter la ropa en la lavadora. Y sin rumbo es igual de fácil verte zarandeado por lo que ocurre alrededor y dentro de ti. Porque el problema principal no está fuera, nuestro principal enemigo está dentro. Justo al lado del amigo más poderoso que tenemos: nosotros mismos. También.

Hago un trabajo que muchos considerarían estresante. Vivo por y para Internet desde hace 15 años. Gestiono numerosos proyectos propios y de terceros al mismo tiempo, en los que pueden participar muchas personas de todo el mundo. Y en estas circunstancias hay días en que las cosas pueden ir realmente mal. Es increíble la cantidad de cosas que pueden llegar a fallar. Hay momentos en que todo me desborda y llego cerca del bloqueo. Los problemas se acumulan, las tareas no salen; el trabajo, la familia, el dinero, la salud, todo se complica; entonces me gustaría esconderme en el agujero más profundo, no salir de la cama. Pero he aprendido a identificar estos momentos y es todo lo que necesito para contratacar.

Solo necesitamos la respiración

Cuando soy consciente, percibo los síntomas, veo como crece la ansiedad, como se acerca un momento potencialmente peligroso... respiro. Solamente respiro. Intento alejarme del ruído. Me voy a otra habitación, me pongo en un sillón cómodo; me tumbo en el suelo; salgo y paseo hasta el parque, solo para encontrar un lugar tranquilo donde sentarme y respirar. Cierro los ojos e intento apartar de la mente todo lo que me está afectando, respiro profundamente. Lo hago durante un buen rato, hasta que todo lo que me preocupaba se aparta de mi cabeza. No dejo de hacer largas respiraciones, tanto como sea posible, sin esforzarme. Pienso tan solo en mi respiración. Me centro en el aire que sale y entra de mi cuerpo. En algunos casos alcanzo tal nivel de relajación que casi me duermo.

Superar el umbral de resistencia, enfrentarte a los problemas y superarlos, te hace mucho más fuerte. En mi caso estas situaciones son poco frecuentes, pero si no hubiera encontrado la forma de enfrentarlas cuando aparecen los momentos complicados, estoy seguro de que como muchos estaría sumido en una depresión continua, desbordado por las circunstancias o peor. Hay que entrenarse, para aumentar la resistencia y eso solo se consigue haciendo cosas, trabajando, estudiando, queriendo que tu vida y la de los tuyos sea mejor.

Los hábitos saludables completan el escenario

No tengo ningún don, ni una especial capacidad, cualquiera puede hacerlo. Inténtalo, planteate un objetivo sencillo, si aún no tienes ninguno: lo que harás la próxima hora, esta mañana, cuando te levantes tras la noche. Mantente ocupado, haz cosas que tengan alguna recompensa: acabar tus tareas, ver tu habitación arreglada, ayudar a tus padres, a tus hijos. Estudia, trabaja, haz lo que sea pero haz algo. Somos animales de costumbres, necesitamos crear hábitos y eso solo se consigue con la repetición y algo de voluntad.

Cuando consigas superar ese primer objetivo, ponte otro. Y otro después de ese. Así hasta que consigas hacer cosas que te importen, que supongan un cambio en tu vida, el que tu quieres que ocurra.

Y si necesitas ayuda externa no dudes en pedirla, busca a un especialista o cuéntanos aquí mismo en Happymente que te sucede. Pero sobre todo desarrolla tus propias estrategias:

  • Haz ejercicio, cada día un poco más.
  • Cuida tu alimentación. Necesitas alimentarte bien, para sentirte bien.
  • Ponte un horario y síguelo.
  • Y, sobre todo, recuerda respirar siempre.

Respira, relájate, haz meditación. Cuando todo va bien date algunos momentos durante el día, para centrar tus ideas, para relajarte. Y cuando las cosas no funcionen, hazlo con mayor razón. No dejes de respirar.