Comunicación Virtual: Hacia la Cibercrastinación Social

Por Tamara GJ, el 03/07/2013

Comunicación Virtual: Hacia la Cibercrastinación Social

La comunicación virtual es cualquier interacción entre dos o más personas que se realiza a través de internet para el intercambio de información, experiencias, pensamientos o emociones a través de diversos tipos de programas y aplicaciones -correo electrónico, chat, foros, webs especializadas, redes, comunidades, tiendas y juegos online,…-


En este tipo de comunicación cada uno de nosotros interpretamos un rol diferente en función del ámbito en que nos movamos (laboral, social, familiar, sentimental, cultural,…). Mostrando y creando realidades personalizadas que podemos manipular y controlar en cualquier lugar, en cualquier momento.


Desde comprobar la información meteorológica, realizar la comprar o buscar trabajo y en continuo contacto con nuestros familiares y amigos, ¡no vaya a ser que nos perdamos algo!.


Nuestro móvil, Tablet, portátil,…, nos brinda millones de posibilidades para estar al corriente de todo lo que queramos, pero al mismo tiempo quedamos expuestos a muchos riesgos. Pueden duplicar nuestros datos bancarios o médicos, cotillear nuestras conversaciones privadas, saber dónde estamos y con quién, qué hacemos y cuándo. Además de desarrollar patologías como obsesión-compulsión, ansiedad y depresión, aislamiento social, adicción,…, necesitando la conexión cibernética cómo el respirar.


Cibercrastinación Social


La tecnología se está convirtiendo de forma progresiva en algo necesario para los sistemas de comunicación humano. Ya lo es desde hace siglos, pero internet ha revolucionado cualquiera de estos sistemas, facilitando el acceso de información y la posibilidad de contactar con otras partes del planeta a todas las personas del mundo, en cualquier parte, en cualquier momento.


Es maravilloso el abanico de opciones y alternativas que nos ha dado a muchos de nosotros para relacionarnos, divertirnos e incluso ¡trabajar!. Pero también es muy triste cómo algunas personas se están convirtiendo en robots, que solo viven y se relacionan a través de las máquinas. Pasando las horas cibercrastinando. Chateando sin sentido, jugando sin parar, navegando sin rumbo.


Lo más preocupante es que este fenómeno es universal y se está extendiendo. Somos muchos los que usamos gran parte de nuestro tiempo navegando por la red y es muy fácil despistarse, distraerse y perderse por donde no vamos a sacar nada de provecho, nada que nos beneficie.


Dedicamos miles de momentos a consultar los mensajes o actualizaciones pendientes, a revisar el estado y comentarios de nuestros amigos, a compartir vídeos y fotos, música o postales,… ,sin un objetivo concreto, sin una organización, sin sentido. Solamente por pasar el rato y no perder detalle de lo que están haciendo los demás.


¡Párate a pensar qué haces tú!

Desde Happymente siempre os animamos a realizar un uso de internet adecuado. Las alternativas que nos ofrece a casi cualquier situación son infinitas y podemos sacarles un beneficio real si sabemos cómo.


En vez de estar pendiente de si fulanito o menganito han colgado el vídeo de su última fiesta o han actualizado su estado podrías dedicar parte de este tiempo a cosas más útiles y productivas, como revisar la información que circula sobre ti en la red, actualizar tus perfiles profesionales para aumentar tus opciones laborales o buscar formaciones o hobbies que se ajusten a tus necesidades y te aporten beneficios saludables.


Utilicemos la tecnología lo justo y necesario para facilitarnos el alcance de nuestras metas, pero no cometamos el error de dejar que lleguen a controlar cada movimiento que realizamos, cada pensamiento que tenemos o cada emoción que sentimos.


Para todos los que navegamos por la red: hemos de crear conciencia y sensibilización sobre los buenos y malos usos hacemos del ciberespacio. Hay que sacar el máximo provecho a uno de los mayores avances del ser humano, haciendo que las cosas positivas que nos pueda aportar superen con creces, y hasta anulen, a las negativas ¿te apuntas?

 

Imagen: Arkaitz O.