Los haters
Por JoseV, el 15/09/2013

Hoy inauguramos una nueva sección en Happymente, la hemos bautizado como PsicoZoo. Queremos divulgar algunos aspectos de la psicología a través de ejemplos basados en personajes o figuras más o menos conocidas. No se trata de defender posturas, creencias o personajes, verás que trataremos de todo un poco, solo de dar a conocer un poco más todos esos términos que se utilizan a veces con excesiva alegría. Si te gusta lo convertiremos en una sección habitual. Sin más vamos con los haters.
Hace tiempo que tenía ganas de escribir sobre los hater, y hoy, a raíz de otra trifulca desatada en uno de tantos blogs, me he decidido a darle una vuelta a esta figura tan peculiar. No es un tema bonito, pero en Happymente no miramos para otro lado por principio y a veces tenemos que ponernos las gafas de observador para entender la realidad. Este es uno de ellos, por la omnipresencia del hater, antes o después darás con alguno, creo que merece la pena dedicarle unos minutos, para intentar entenderlos y saber como actuar.
¿Qué es un hater?
El hater, una persona que odia algo o a alguien, es un personaje habitual de Internet. Si bien es una figura que ha popularizado la Red, el anonimato es el caldo de cultivo ideal para ellos, nos lo podremos encontrar en cualquier medio o lugar, menospreciando aquello que se les haya metido entre ceja y ceja. No es una persona que está en contra de algo y pasa de ello o lo manifiesta sin darle excesiva importancia, un hater que se precie echará espuma, virtual, por la boca y pondrá a parir lo que sea: un producto, una marca, una tecnología, un equipo de fútbol, políticos, religiones, actores, cantantes o cualquier cosa que se le haya fijado y no encaje con sus valores, principios, forma de pensar o actuar. A alguien "normal" si le disgusta cualquier cosa lo ignora, intenta mejorarla o adaptarla; el hater hará una cruzada personal y lo denigrará, despreciará, desprestigiará o manipulará, porque es la forma que tiene de sentirse bien consigo mismo. El hater de manual además mostrará esa hostilidad desde el anonimato. Fuera del mundo virtual procurará no destacarse demasiado y se escudará tras la masa, donde se sentirá a sus anchas y desplegará todo su potencial.
No debemos confundir al hater con el troll, otra figura popular de los foros. Mientras que el troll busca notoriedad, desde la provocación, el hater buscará también el reconocimiento, pero haciendo daño. En algunos casos la línea entre uno y otro puede ser muy fina.
¿Qué se esconde tras el comportamiento hater?
Esta es una forma de actuar típica de individuos obsesivos, con sentimientos de inferioridad o envidia, hacia aquello que es el motivo de su obsesión. Por ejemplo cualquier éxito de lo odiado, irrelevante para los demás, les hará sentirse infelices. Son personas con una visión muy pesimista, con la vida en general y extremadamente rígidos en sus planteamientos, piensan que todo el mundo está equivocado y ven reforzada su postura, en el apoyo de sus iguales. Asi pueden justificar su comportamiento y actuar con cierta impunidad gracias al anonimato de Internet.
En otros ámbitos podemos encontrar comportamientos similares en personas racistas, homófobas o machistas, o simplemente radicales con sus opiniones, por citar algunos ejemplos. Es habitual que éste tipo de individuos proyecten su comportamiento sobre cualquier objetivo que encaje con sus prejuicios.
¿Cómo actúa el hater?
Para compensar su insatisfacción el hater denigrará lo que odia, minimizando sus éxitos o aspectos positivos, intentando desprestigiarlo y humillarlo hasta límites insospechados. En la red éste comportamiento irá desde lo incorrecto, a la falta de educación o el insulto, llegando incluso a lo delictivo.
Repetirá hasta la extenuación las mismas coletillas y argumentos, destacando cualquier faceta que entienda como negativa, resaltándola una y otra vez. El aspecto negativo no tiene que ser real, basta con que se lo parezca a él. Podrá asistir incluso a los actos o lugares, físicos o virtuales, donde se celebre o dé publicidad a lo que le obsesiona, con la intención de encontrar argumentos que respalden su visión, transmitir su malestar y buscar el fin o la humillación total de su objeto obsesivo.
¿Son peligrosos los haters?
En principio, y dado que su ámbito de actuación es virtual, no lo son demasiado. Pero tras este tipo de comportamiento se vislumbran personas obsesivas, hostiles, que buscan hacer daño para sentirse bien, pudiendo llegar incluso a desarrollar características paranoides, que desemboquen en personalidades psicopáticas, convirtiéndose en peligrosos para sí mismos y los demás. Incluyendo tanto al fruto de su obsesión, como sus seguidores, que serían vistos como enemigos, gente sin razón, a la que es lícito denigrar o imponer medidas correctivas, las que fueren, que les permita abrazar su verdad.
También se verán afectados aquellos más próximos, amigos y familiares, que deberán estar de acuerdo con sus planteamientos o serán clasificados igualmente como enemigos a batir. Como el hater tiende a esconder esas opiniones en su entorno inmediato, sabe que no son aceptadas por una mayoría, solo sacará su lado más siniestro, cuando se vea acorralado. En otro caso guardará su respuesta para una mejor ocasión, en la que se encuentre más respaldado. En casa y en la escuela hay que estar muy atentos a cualquier síntoma que pudiera estar escondiendo un comportamiento hater.
En los casos más graves de estas patologías, podrían desencadenar comportamientos violentos, con consecuencias extremadamente peligrosas. Ejemplos de comportamientos peligrosos sería el de algunos hinchas deportivos, extremistas políticos, fanáticos religiosos o fans de figuras mediáticas, que podrían llegar incluso a realizar actos violentos, por si solos o con sus correligionarios. Las reyertas en los campos de fútbol, los atentados islamistas o el asesinato de figuras mediáticas, serían ejemplos que están en la mente de todos.
El hater forma parte de grupos cerrados por definición, odiar es excluyente, no puedes ser miembro del mismo grupo a no ser que estés igualmente en contra de lo que sea. Aunque estos grupos pueden ser muy numerosos, son claramente minoritarios. Al formar parte de colectivos excluyentes, el hater es una persona altamente influenciable, que necesita ver reforzados su comportamiento y no tiene ningún problema en dejarse manipular por aquellos a quien sigue. En los ejemplos políticos y religiosos, podrá considerar sus pensamientos, doctrina o instrucciones, como una especie de verdad absoluta.
¿Son por tanto individuos peligrosos? Sin ningún género de dudas. Desde el momento que su finalidad es causar daño, éste se verá limitado solamente por el grado de su obsesión y las condiciones en las que se produzcan sus acciones. No es lo mismo un personaje que despotrica en un foro sobre un partido político, que un tipo que acude a una manifestación con una pancarta, en la que se ha tomado el tiempo de elegir barras que puedan utilizarse como armas en un enfrentamiento, que puedan hacer daño. ¿El primero puede convertirse en el segundo? No necesariamente y aunque el primero puede ser una persona simplemente maleducada, la forma en que evolucione sí podría llevarle a convertirse en un extremista violento. Habitualmente éstos, los violentos, surgen del mismo caldo de cultivo, lugares en los que se retroalimentan con individuos con la misma visión deformada de la realidad.
¿Quién es el enemigo del hater?
El fan, el seguidor o partidario de aquello que odia es su enemigo declarado y será denigrado de igual manera que el centro de su obsesión. No importa que hablemos del Real Madrid o el Barcelona, de las derechas o los de izquierdas, de Apple o Samsung, el hater despreciará y atacará con saña a aquellos que se muestren partidarios de lo que él odia.
Así sus ataques cibernéticos se proyectarán sobre sus enemigos, en aquellos lugares y sobre aquellas personas en los que mejor pueda proyectar su obsesión. El ataque irá desde el comentario irónico, repetitivo, manifestando un comportamiento casi infantil -poco informado en ocasiones y justo lo contrario en otras, con montañas de datos, pero siempre ofreciendo una visión sesgada-. Acabando con el insulto y la denigración del que defiende lo que a él no le gusta.
¿Qué podemos hacer?
¿Un personaje tan terrible debía formar parte de Happymente? Lo hemos discutido y creemos que es importante, saber quiénes son esos tipos tan poco agradables que pueblan Internet, pero es aún más importante saber que podemos hacer respecto a ellos, esa es la finalidad de Happymente.
Es muy difícil actuar con cierta perspectiva cuando es uno el atacado. Las redes sociales son un fantástico escenario para mostrar lo mejor y lo peor del ser humano, por lo tanto comportarse con serenidad en estos casos es imprescindible. Lo primero actúa con calma, deja pasar un tiempo, tu comportamiento dependerá del ámbito, de si eres el destinatario de su obsesión, un representante de lo atacado o simplemente es algo que te gusta.
Si fuera personal, lo primero que puedes hacer es ignorarlos, evita alimentar la polémica. Si es un comentario en un blog o en un foro, no contestes. Es más si es tu blog, si crees que no aporta nada al debate adviértele, cuando sea necesario elimína su entrada y si insiste bloquéale. Deja que se busque otro escenario para manifestar su odio. Lo importante no es cuantos estén en contra, aunque sean millones, centrate en los que te apoyan. En Twitter y Youtube se desencadenan virulentos ataques contra personas de todos los credos políticos, personajes famosos, por razones que en algunos casos rallan el absurdo. Ignóralo y si te supone un gran sufrimiento, deja las redes por una temporada. No merece la pena desgastarse en una lucha que te cause un dolor innecesario, pero que además es muy difícil ganar.
Si se trata de algo que te gusta o respaldas, no te lo tomes personalmente. Si son opiniones de clientes o seguidores, toma nota de lo que puede ser mejorado, si son aspectos que deben ser considerados. Si no tienen razón, ignóralos, date un tiempo, en Internet siempre que puedas respira. Y si después de respirar aún no está claro, déjalo para mañana. Y si mañana sigue sin estar claro a otra cosa, porque seguro que no merece la pena.
Tomátelo con calma y no te obsesiones. Si tu uso de Internet y tus opiniones y forma de actúar se basan en la razón, el respeto, eres alguien positivo, que busca avanzar, no te preocupes demasiado, céntrate en los que merecen la pena. Lo que nos avala a cada uno son nuestras palabras y actos, no lo que digan otras personas.
¿Te has visto asaltado por alguna turba internauta? ¿Has encontrado algún enemigo que no sabes porque la tomó contigo? ¿Lo has vivido en el mundo real? Comparte tu experiencia, dinos como lo llevaste. Y si necesitas ayuda recuerda que puedes utilizar el Consultorio.