No te escondas de la vida, se feliz

Por JoseV, el 01/12/2014

No te escondas de la vida, se feliz

No puedes esconderte de la vida. Te encontrará.

Y lo hará para lo bueno y lo malo. Da igual la coraza con la que pretendas defenderte, la armadura que te enfundes, podrás mirar a través de las rendijas, pero al final llegará. Si tienes que sufrir, sufrirás. Existen esos momentos que no puedes evitar: la pérdida de un ser querido, una ruptura, un desengaño, otros aún más terribles y dolorosos. Pero hay muchos otros que nos atormentan y que probablemente no sean para tanto, incluso algunos que parecen anticipar el fin del mundo, del universo. Para nada es así. Es una simple cuestión de perspectiva. Además te voy a contar un secreto: tienes la llave para cortar con ello. De raíz. Puedes decir basta, plantarte, y decidir que no quieres sufrir más. Por qué al lado de esa vida que duele, está siempre la otra, la que es capaz de sacarte esa sonrisa feliz; la que te permite obtener el máximo de cada momento, exprimiendo gota a gota cada instante de felicidad... Porque la fuente de esa felicidad está muy cerca, en un lugar al que tu solo tienes acceso, está dentro de ti. Es una cuestión de actitud, de intención. No es una frase hecha buenrollista, es la pura y simple realidad. En el momento que cambies la forma de verlo, cambiará. Y empezar por querer es lo principal.

Así que aprende a gestionar el dolor y a dejar pasar aquello que no es bueno para ti. Empezando por las personas, pasa del que sabes que te hará daño. No te escondas, simplemente asúmelo, reconócelo y déjalo ir. Pero despójate de esa armadura, hazlo ya, porque mientras estés ahí agazapado es posible que evites algún traspié, que te ahorres algún mal menor, pero estás dejando fuera lo mejor. No permites que se acerque la gente excepcional, los momentos maravillosos.

Escondido no puedes ver todo lo que realmente te hará feliz. ¿Recuerdas esa imagen de los niños pequeños que se tapan los ojos para esconderse de los demás? Ellos creen que nadie les verá, pero son los únicos que tienen esa perspectiva. Todo el mundo lo ve diferente, pero lo más importante es que con los ojos tapados no pueden ver nada más. Viven una ilusión que les aleja de la realidad. En un niño pequeño es lo que tiene que ser. En una persona adulta sería bueno que deje de ocultarse.

Puede que suene naif, que te parezca ingenuo, pero no hay nada más. Te lo aseguro. Lo único que te separa de ser feliz eres tú mismo. No importa lo que tengas, el mal que padezcas, el daño que te puedan haber hecho, puedes lograrlo. ¿Por qué lo sé? Porque personas en mucha peor situación que la tuya lo consiguen cada día. Así que deja de mirarte el ombligo, manda la armadura a paseo y, ahora mismo, toma la única decisión inteligente: VOY A SER FELIZ.