Dar las gracias

Por Pilar, el 05/03/2015

Dar las gracias

Por qué nos cuesta tanto dar las gracias a los demás? Por su tiempo, por su amistad, por su ayuda, por el amor que nos profesan...Es curioso porque realmente si que lo pensamos, pero es más difícil que palabras como gracias o te quiero salgan de nuestra boca. Todo esto sin caer en el infantilismo de decirlo continuamente por cualquier motivo vaciándolo de su sentido real.

Es fácil ver en internet historias de gente que lamenta no haber dicho a su pareja, padres o amigos, que los querían, y luego cuando quieren hacerlo ya no hay oportunidad. Se denota una culpabilidad y un peso en el alma que dan cuanto menos que pensar. Si uno tiene una relación sana con sus seres queridos, lógicamente va a notar el cariño y las buenas acciones que fluyen entre ellos, y tampoco hay que castigarse si no hay un te quiero al despedirse, o si un día hay un enfado por medio. Pero si es cierto que sería un ejercicio sano para el alma, además de demostrar con hechos nuestro amor, ¡verbalizarlo! Sencillamente porque es lo más hermoso de este mundo, y si somos capaces de pensar y decir en un momento dado barbaridades, mucho más bonito expresar sentimientos de bondad, ¿no?

Las actitudes de las personas se contagian con mucha facilidad, tanto en el buen sentido, como en el negativo. Imagina el buen rollo que se produce en un entorno en el que se reconocen  y agradecen las cosas buenas que recibimos de los demás. Automáticamente se crea una especie de cadena en la que el que recibe agradecimientos los traslada a otra persona de su alrededor, en la familia, trabajo, mientras hace la compra, en el gimnasio: El mundo alrededor sigue siendo el mismo, sencillamente es nuestra actitud la que lo hace diferente y se fija más en la bondad.

Así es que a partir de ahora, sería bueno empezar a buscar cada día un motivo y una persona a la que dar las gracias y un te quiero, ¿te atreves?