Quiéreme si te atreves
Por Marcela, el 29/03/2015

Quiéreme si te atreves
Sophie y Julien se sumergen desde la infancia en un juego lleno de atrevidos retos, llevándolos hasta los límites, un juego que termina siendo el telón bajo el que siempre existe el amor. Una película que se pasea por la locura, un cuento surrealista para intoxicarse el alma de emociones.
Dirección: Yann Samuell
Frases
- “- Hay dos o tres cosas que nunca me has pedido y lo lamento. Habría sido capaz.
- ¿Qué cosas?
- Comer hormigas, insultar a los parados que salen del Inem... amarte como loco.”
- “Cállate, tápate los oídos muy fuerte ¿Oyes lo mucho que te quiero?”
- “- ¿Hay alguien en tu vida?
- Querrás decir en mi cama, no hay nadie en mi cama si es lo que quieres saber. Nadie que no pueda cambiar con las sábanas.”
- “Los amigos son como las gafas, te hacen parecer interesante... hasta que se rayan.”
- “De modo que ser adulto era esto: un velocímetro del 0 al 210 para no ir nunca a más de 60.”
- “Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, ¡Grandioso! Era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, crack, porros, hierba, marihuana, éxtasis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, LSD. Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, una orgía, una paja, el kamasutra, las bolas chinas. Mejor que la comida y la mantequilla de maní que comía de pequeño. Mejor que la trilogía de George Lucas, que el fin del milenio. Mejor que los andares de Emma Pill, el baile de Marilyn Monroe, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y que el lunar de Cindy Crawford. Mejor que la cara B de Abbey Road, que los solos de Jimi Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Armstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papá Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro. Mejor que la testosterona de Arnold Schwarzenegger o el colágeno de los labios de Pamela Anderson. Mejor que Woodstock y las rages más orgásmicas... Mejor que las drogas del Marqués de Sade, Arthur Rimbaud, Jim Morrison y Castaneda. Mejor que la libertad... Mejor que la vida.”