Enfrentándose a la separación

Por JoseV, el 02/04/2015

Enfrentándose a la separación

Probablemente uno de los momentos más duros en la vida de una persona es llegar al punto en el que te cuestionas que está pasando con tu relación, en serio, con todos los fantasmas y miedos sobre la mesa. Y posiblemente no tiene mucho sentido racionalizar algo que tiene que ver, sobre todo, con los sentimientos, pero es inevitable buscar los porqués e intentar darles respuesta.

Es una situación aún más traumática cuando existe amor o lo que sea, algo que une a la pareja aunque solo sea por la costumbre del cariño. Aunque lo fuera de una forma diferente a como ocurrió en otro momento. Si además llevas décadas, hay niños, las respectivas familias bien avenidas, pues... Aún más duro y más complicado. Suegros que son más padres, cuñados que son hermanos o amigos... Así que cuando llega el momento de poner todo en la batidora, de hacer balance, el drama está servido. Es una de las situaciones más duras que se pueden vivir.

Pero es inevitable, quieras o no, llegará el momento en que te darás cuenta de que no hay otra, que lo que hubo ya no está y hay que tomar una decisión. Si has explorado las posibilidades, buscado el reencuentro, despertar lo que había, será duro, difícil, pero inaplazable: hay que separarse. Intentarás buscar la forma de estirar la relación de otra manera, por no hacer daño al otro, por mantener algo que es hermoso, pero la única salida razonable, la que os permite seguir adelante siendo lo que cada uno sois, es esa separación. Por tanto si estás en ese punto, intenta buscar una solución, reavivar la llama del amor, la pasión, lo que sea que os sirva, está muy bien, inténtalo con todas tus ganas, poniendo el alma en ello... pero si no ocurre, si no funciona, ten el valor de aceptarlo y asumirlo: tu vida debe continuar sin el otro. Seguramente da miedo, vértigo, pero es lo que tiene que ser.

Hoy no hay final feliz en esta historia, al menos no como yo lo veo, como Hollywood nos tiene acostumbrados, pero si hay esperanza, que detrás de tanto dolor hay una vida para ti y las personas que quieres. Una vida que no tiene porque ser peor o mejor, simplemente será distinta.