Nuestra vida con las nuevas tecnologías

Por Pilar, el 16/04/2015

Nuestra vida con las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías han entrado con mucha fuerza en la vida actual, y es algo que tenemos que aprender a gestionar porque es un fenómeno que no tiene vuelta atrás. Con su presencia aumentan el potencial comunicador y por consiguiente, producen un cambio cualitativo en la vida cotidiana de las familias y sus miembros. También diluyen los límites entre esfera pública y privada, que queda expuesta, cuando tradicionalmente se limitaba a la esfera familiar. 

Para la gente que utiliza las redes sociales, éstas son una manera más que habitual para buscar amigos, y también incluso  para buscar el amor, sobre todo en las personas más jóvenes. No solo de mantener una relación virtual sino de materializarla hacia algo fuera de la pantalla. Estas tecnologías permiten tener al alcance más y mejor información de las personas, con el riesgo también evidente de que esté más o menos adornada y sea verídica, ayuda a superar el problema de las clases sociales, que en la vida no virtual podría ser un problema, ya que sería más complicado que hubiera coincidencia entre grupos de distinto estracto social. También permiten un nivel de privacidad e intimidad que de otra forma no sería posible y facilitan que se pueda tener una relación a distancia.

En este tipo de relaciones se pierden matices muy enriquecedores como el cara a cara y una serie de lenguajes que no son posibles a distancia. Aportan como dificultad la facilidad para "huir" hacia la red cuando hay problemas de pareja, aunque es cierto que la red también es una vía de escape para quienes teniendo una relación no virtual, no encuentran otro medio de escape para sus problemas.

Si hablamos de como influyen en la familia desde luego afectan al control del proceso de socialización de los hijos, ya que se produce una apertura del sistema familiar hacia el exterior permitiendo la entrada de otras personas, de meros conocidos, que además en ocasiones pueden ser contrarias a los valores que los padres tienen en cuanto a autoridad y organización. Cuando no existía este tipo de tecnologías la familia tenía el monopolio de este control.

Los jóvenes suelen ver menos peligro en este tipo de influencias, tal vez porque su condición de nativos digitales les ha hecho crecer directamente con esta situación, sin conocer otra en la que este tipo  de tecnologias no existían, cosa que sí han vivido sus padres.

Las tecnologías producen obviamente cierta distorsión de la habitualidad  en las familias. Algunas teorías individualistas afirman que pierden poder en favor de vínculos más débiles, produciendo desfamiliarización. Otras afirman que producen un mayor aumento de relaciones familiares que de otra forma no se producirían. Por ejemplo el uso del whatsapp, facebook hace que se tenga contacto con personas a las que tal vez no se llama por teléfono de forma frecuente, y  en cambio a través de estos medios se mantiene. La familia se individualiza con respecto a otras unidades, pero mantiene su finalidad de apoyo y ayuda entre miembros y estas tecnologías multiplican la información y la capacidad de comunicación familiar. Sea cual sea el caso obviamente han cambiado las pautas y la manera de hacerlo.

En cuanto al trabajo y entorno laboral obviamente las tecnologías han hecho que se reduzca o incluso desaparezca la frontera existente entre mundo laboral y personal o familiar, que queda diluido por la inmediatez de la comunicación. No se abandona el entorno del trabajo si se está permanentemente conectado con él. Puede hacer en muchos casos que se produzca estrés, y afecta a la vida cotidiana en el momento en que ya que no existe la lógica y necesaria desconexión entre estos ámbitos. Es necesario dar un espacio y un tiempo para cada actividad y no dejar que se mezclen.

Las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de enfrentarnos al mundo y a las relaciones. Esto no significa que tenga que ser negativo, ya que nos aporta muchos beneficios y ventajas. Pero también tiene aspectos que pueden empobrecer nuestra vida. Aprender a distinguir estas influencias nos ayudará a integrarlas de forma enriquecedora en nuestra vida, utilizándolas nosotros sin dejar que ellas nos dominen y dirijan.