Ligar por internet

Por Pilar, el 23/11/2015

Ligar por internet

Con el uso de Internet se ha producido una proliferación importante de aplicaciones que se utilizan para conocer gente y tener citas, lo que toda la vida se ha llamado ligar. Y, ¿por qué se han hecho tan populares? Sencillamente porque a través de ellas tenemos más posibilidades de conocer a gente que en principio nos resulta afín. Se rellenan cuestionarios de gustos que hacen que la propia aplicación haga una selección de los candidatos más adecuados. Y eso supone no tanto un ahorro de tiempo como tener más opciones de acertar. El hecho de que se haga una criba nos ofrece una serie de candidatos más compatible y de forma más afinada que la que podríamos hacer, por decirlo de alguna manera, en una búsqueda tradicional.

Además estas aplicaciones están produciendo una serie de cambios en nuestra forma de actuar. Según Luis Ayuso, sociólogo, las aplicaciones producen algo que denomina la pérdida de pudor que antes existía. Nos parece de lo más normal y lógico mostrar y compartir todo lo que somos y pensamos sin dejarnos casi nada para nuestra intimidad. Este tipo de información, no hace tanto tiempo, se iba dosificando si se daba el caso de que hubiera más de un encuentro y ahora con un simple vistazo al perfil de cualquiera sabemos más de esos posibles candidatos, que de muchos amigos.

También se produce una trivialización de las relaciones si el triundo es inmediato, ya que podemos llegar a confundir la facilidad para tener citas con tenerla para conseguir pareja estable si es que ese es el propósito. Por el contrario si el éxito es poco o ninguno el efecto en el usuario puede ser justo el contrario y acabar por producir un daño en la autoestima. En cualquier caso hay que intentar ser moderado en las expectativas que produce la novedad y el éxito fácil. El hecho de darse de alta en una aplicación nos ayuda a perder algo de miedo al rechazo, sirve como entrenamiento porque uno puede tener citas fallidas y comprobar que no es el fin del mundo, pero tampoco nos asegura el triunfo, eso hay que tenerlo claro.

Las aplicaciones también producen cambios en la forma de acercarse a los otros, pero el fondo, ya que no se puede mantener una relación si no hay contacto físico. Es decir, que al final se queda en persona y ahí también intervienen una serie de factores que pueden afianzar nuestra elección o terminar de convencernos de que no irá bien.

No hay que desdeñar para nada su ayuda, que en algunos casos puede ayudar bastante a establecer un primer contacto a gente que no es muy hábil a la hora de relacionarse, y si en definitiva nos sale bien y conocemos a alguien que nos gusta, ¿qué más da como se haya producido el primer contacto?. Vivimos parte de nuestra vida en un entorno digital, así es que las herramientas con las que nos relacionamos también lo son.

¿Y qué buscamos con estas aplicaciones? conocer a personas afinando lo máximo posible nuestra búsqueda. Que luego haya o no relación, o lo que dure es otra cosa. Desde luego si aparece la persona adecuada, buscamos una relación pero ya no para toda la vida, la intención ahora, según parece, es tener una monogamia sucesiva, es decir, tener relaciones con una sola persona, con expectativas de que dure lo que tenga que durar, no alargarla por convención social y cuando se acabe si apetece buscar otra.

Según Cristina Miguel, profesora en la Facultad de Comunicación en Leeds, la aparición de este tipo de aplicaciones y webs eliminan algunos mitos del amor romántico como son el azar, la búsqueda de la media naranja, como si solo hubiera una persona con la que pudiéramos acoplar en la vida, o el amor ciego y no calculado. Según sus conclusiones, ahora lo que buscamos es la elección razonable e interesada, más acorde con elementos no tienden a idealizar a la pareja, sino a hacer más fácil asegurar el amor y la convivencia.