Volver a empezar

Por Marcela, el 03/12/2015

A medida que crecemos, se esfuma todo rastro de ese amor que alguna vez nos sumió en pasión y que creímos para siempre. Se nos dificulta establecer una relación con alguien nuevo porque queremos repetir ese sentimiento que nos llevó hasta el climax de cada emoción, y buscamos incesantemente algo igual o mejor. Al final dejamos sólo intentos frustrados en el camino, a personas que merecían una oportunidad y otras a las que nunca debimos pasarle. 

No volvemos a amar de la misma forma. Y nos estancamos en eso, se nos convierte en un síndrome de abstinencia que termina por idealizar a alguien que solo se quedó en el pasado. Entonces en un acto de condescendencia con tu soledad, decides que vas por otras cosas y que es hora de intentarlo.

Cuando logramos tener una relación con otra persona diferente a aquella que siempre nos ha costado olvidar, lo conseguimos porque empezamos a vislumbrar y a aceptar aspectos sanos que nos brindan seguridad y estabilidad. Nos enamoramos de nuevo pero de otro modo. Ahora es más importante encontrar puntos medios y no llegar a los extremos como si la locura nos invadiera, logramos tranquilidad y apoyo mutuo con nuestra pareja, no nos volvemos dependientes el uno del otro y antes de llegar a esa relación, ya habíamos conseguido ser felices consigo mismos, sin que necesitáramos de alguien más.

Hay mucha madurez en esta nueva etapa, en donde las cosas importantes son esas que ante todo, nos brindan paz. Hay amor y enamoramiento que dejamos que pasen, pero también ganas de crecer en muchos aspectos junto a alguien más.

Vale la pena intentar, dejar ir y volver a comenzar.