Cuando te rompen el corazón

Por Pilar, el 09/12/2015

Cuando te rompen el corazón

Claro que duele, todos hemos pasado por eso alguna vez. Y siempre parece que no hay mañana, que se acaba el mundo y que nunca más vamos a volver a ser felices. Naturalmente dependerá de cómo se haya producido, quién ha dejado a quién, pero haya sido iniciativa nuestra o no, lo viéramos venir o haya sido inesperado, nos afecta.

¿Qué se puede hacer cuando ocurre? Hay que intentar sacar el dolor, la decepción, la rabia y todos los malos sentimientos negativos que tengamos dentro. Es un buen momento para abusar un poco de los amigos, que seguro que nos van a entender perfectamente y nos dejarán lamentarnos de la situación. Otra opción si eres una persona tímida o poco dada a contar intimidades es que escribas lo que te pasa por la cabeza. Ambas opciones son liberadoras. Es importante mantenerse ocupado, física y psicológicamente hablando. Cualquier actividad que nos permita mantener la mente ocupada en otros temas, y no estar todo el día dando vueltas a lo mismo, nos vendrá genial.

No te obsesiones por lo que te ha pasado, no será un consuelo saber que es algo que le ha pasado a casi toda la humanidad, ni tampoco lo será que saldrás de ésta como ha hecho todo el mundo. A pesar de ello es la postura más lógica: si ha terminado y no hay vuelta atrás hay que intentar asumirlo cuanto antes. Seguramente no es el mejor momento para ser generoso con la ex pareja, pero aunque cueste, es mejor pensar en las cosas positivas que te ha dejado esa persona. Si haciendo balance ves que eran más las negativas, es casi mejor que se haya terminado, antes de que fuera peor. Piensa también en cuáles son tus verdaderas emociones y si lo que duele de verdad es que se ha acabado el amor o lo que pensabas que era, o lo sientes más porque tenías costumbre de esa persona, o porque de repente se han trastocado tus planes. Este tipo de emociones subyacentes son más frecuentes de lo que parece.

Piensa en tí, en lo que sientes, no te sientas mal por ser egoísta, un poco de protagonismo dentro de unos límites, no te hará mal. No te eches la culpa por lo que ha pasado, ni te pongas a reelaborar lo que ha podido ser y no ha sido. Ha pasado, no busques culpables que quizás no hay. En ocasiones las relaciones terminan y ya... Tal vez tu felicidad está con otra persona. Y tampoco lo hagas más dramático de lo que es, no se acaba el mundo, por mucho que lo pienses en ese momento. En todo caso déjate ayudar por las personas que hacen un esfuerzo por estar a tu lado y hacerte las cosas más llevaderas. Cuídate, sigue tu ritmo y tu vida en la medida de tus posibilidades y no tomes decisiones trascendentales en esos momentos, tal vez tu mente no está centrada para decidir nada.

Permítete tener un tiempo de luto, el que necesites, sin recrearte en lo sucedido, pero sin agobiarte por recuperarte inmediatamente. No es nada malo sentirse abatido, y nadie sabe ni puede juzgar cuánto sufres. Pero tampoco le des muchas vueltas, déjate conducir hacia tu nueva situación, y sobre todo, ten la mente abierta a las nuevas personas y cosas que te vayan surgiendo. Hacer un cambio, un viaje, un curso, algo que te apetezca de verdad y que nunca has hecho, puede ser el germen de lo que va a ser tu nueva vida. Y algún día pensarás que de no haber sido por esa ruptura, jamás te encontrarías en el lugar en el que te encuentras ahora.