El Domingo de Ramos de Elche, un mar de palmas

Por Diego, el 19/03/2016

El Domingo de Ramos de Elche, un mar de palmas

La Semana Santa ya está aquí, y dejando a un lado las creencias religiosas, es una celebración cargada de tradición, cultura y familia. Entre los jóvenes cada vez se está perdiendo más el simbolismo y el significado principal de la Semana Santa: pasión, sacrificio, devoción, promesas, ruegos, etc. todo en parte, por la pérdida de interés en cuestiones religiosas. Pero es normal, la sociedad avanza, y la mentalidad también. Aun así, a la Semana Santa hay que tomarla como algo más allá de un rito religioso, y sobre todo en los tiempos que corren. Pero en fin, a lo que vamos.

El Domingo de Ramos sirve como inauguración o pistoletazo de salida para la Semana Santa, y en Elche, la localidad alicantina, se celebra una de las procesiones más hermosas, alegres, familiares y emotivas, no sólo de España, sino de Europa.

Declarada de Interés Turístico Internacional, la Procesión del Domingo de Ramos de Elche baña sus calles de miles de palmas blancas procedentes de los huertos de palmeras de la ciudad, una de las que más palmeras tienen en el mundo. Dicha procesión conmemora el rito religioso de la entrada de Cristo en Jerusalén a lomos de un borrico; pero como he comentado antes, la tradición de la unión familiar va mucho más allá de su aspecto meramente religioso. La magia y la alegría del Domingo de Ramos se contagia en todos los habitantes de Elche (recordemos, ilicitanos, no “elcheros”) convirtiéndolo en uno de los eventos más multitudinarios y característicos de la ciudad, y uno de los días más familiares del año, equiparándose incluso a las fiestas navideñas. Esto sobre todo se nota en los restaurantes de la zona, donde es imposible conseguir una mesa si no has reservado con días de antelación.

Por otro lado, la tradición es algo clave para afrontar y entender mejor lo que conlleva este día para los ilicitanos. Los artesanos palmereros, aquellos que llevan enseñando el arte de la fabricación y el adorno de las palmas, transmiten sus conocimientos generación tras generación. Esto, unido a la tradición de que todo niño debe portar orgulloso una palma blanca (comprada tradicionalmente por las madrinas), ocasiona que jamás se pierda en el tiempo dicho arte, porque digámoslo así, es todo un arte. Tales son las obras de ornamentación creadas con palmas, que los mejores maestros palmereros de Elche reciben encargos de la Casa Real y del Vaticano.

Siguiendo con las tradiciones del Domingo de Ramos en Elche, se le une aquella, ya a nivel autonómico, de estrenar una prenda de ropa bajo el lema “Diumenge de Rams, qui no estrena no té mans”, es decir, “Domingo de Ramos, quien no estrena no tiene manos”. Esta muletilla se remite a finales del siglo XVIII cuando, coincidiendo el día con un cambio de temporada climática, la gente solía lucir sus nuevos trajes y modelitos, y claro, aquellos que no estrenaba nada los veían con malos ojos por proceder de familias pobres.

Elche, ya de por sí, es una de las joyas del Mediterráneo, pero, si buscas un momento adecuado para visitarla, recomiendo fijar este día como destino turístico para tus vacaciones de Semana Santa. Además, podrás disfrutar de la ciudad con más palmeras de Europa, todo un paraíso natural considerado como Patrimonio de la Humanidad); así como de su tradición cultural e histórica, donde la representación del Misteri d’Elx, es el segundo Patrimonio de la Humanidad de la ciudad.

Imagen: Ayuntamiento de Elche