La economía es fácil: tú también tienes el control
Por JoseV, el 30/03/2016

Vale tu no puedes modificar el precio del bárril de petróleo, pero hasta los más grandes tienen un límite para manipular la economía. Y hay muchas razones por las que es así, pese a lo mantenido por numerosas voces, sobre todo aquellas que tienden a utilizar términos como liberal o capitalismo con un cierto desdén, sin entender que es precisamente ese desconocimiento de las reglas económicas lo que les hace más vulnerables, no su capacidad de influencia que es mucha.
En economía es imposible ganar siempre
Ciertamente en economía ser grande es mejor que ser pequeño, como en la vida misma. Pero se cree que una mano negra o grupos de control pueden dirigir la economía y no es así. La realidad es que hay tantos grupos de interés compitiendo entre sí, que todos están alterando constantemente los factores y por tanto el resultado para ellos y los demás. Posiblemente en donde sería más fácil que esto ocurriese sería en el mundo financiero, pero lo cierto es que tampoco hay ningún organismo o grupo que tenga la posibilidad de que todo funcione como quieren, porque de nuevo están en competencia. Un conocimiento básico de los mercados financieros ayudaría a comprender que es imposible ganar continuamente. Te voy a contar un secreto: nadie tiene la solución, ni la fórmula para hacerse millonario, aunque hay recetas que tienen más posibilidades de conducirte al triunfo. De hecho los únicos inversores que ganan, los más exitosos, son aquellos que no asumen grandes dosis de riesgo, o lo hacen ocasionalmente, y sobre todo diversifican. Por tanto si tienen que controlar el riesgo y no tienen claro al 100% que es lo que va a funcionar, es lógico concluir que tampoco tienen excesivo control sobre todas las variables y aún menos sobre el resultado. No se busca ganar en todos los casos, pero sí que el resultado final sea positivo.
Tú eres el protagonista de la economía
Hay otro factor más que impide el control de la economía y es la gran cantidad de actores que están en el juego, varios miles de millones, incorporando cada segundo nuevas variables a este complejo escenario. Somos los individuos quienes decidimos que empresas triunfan y aunque estás tengan una cierta capacidad de influirnos, mediante el marketing y la publicidad por ejemplo, lo cierto es que cada vez les resulta más complicado llegar y convencer a un buen número de personas. Tienen que hacerlo mejor porque la competencia es feroz. Así las empresas pasan por ciclos en los que consiguen el cariño del consumidor, para dejar de interesarles a continuación. Cuanto más pendientes estén del mercado, más acertarán y venderán, manteniendo por más tiempo el lugar en la lista de sus favoritos. Hasta que llegue el siguiente que lo haga mejor.
Por otra parte estos mismos individuos, al menos en sociedades dinámicas, pasan a formar parte del juego económico. Pueden hacerlo como influyentes, hablando sobre lo que les gusta o no, y compitiendo entre ellos por conseguir la atención del público. Los consumidores también pueden crear ellos mismos productos y servicios, porque deciden que los existentes no resuelven sus necesidades o entienden que existen nichos que pueden ser rentabilizados. Internet, la economía digital, las redes sociales han amplificado el papel de estas figuras y no sé hasta que punto alterarán el equilibrio de fuerzas existente.
El juego nunca se detiene, ahora mismo millones de personas están pensando la forma de hacerse populares, transmitir sus ideas o conseguir nuestro dinero. Y para la mayoría el fin económico no es el principal. Es el deseo de mejorar lo existente, de crear algo nuevo, de hacer cosas diferentes o de formas que no se le ha ocurrido a nadie antes, lo que motiva a cierto tipo de individuos, el cambio es el motor, porque la economía al fin y al cabo es lo más parecido a la vida. De hecho es lo que nos ha traído hasta este momento, como hemos transformado la forma en que vivimos, mediante la creación y el intercambio, desde que el hombre existe, lo que nos sitúa en un tiempo apasionante. Son los individuos interactuando entre sí y con las organizaciones los que moldean y crean, aunque algunos tengan más influencia o posibilidades que otros, pero no hay nada eterno, ninguno tiene el lugar asegurado. Menos de un 5% de los escritores o los músicos pueden vivir de su obra, la mayor parte de las empresas no superan el tercer año de vida, los gigantes desaparecen o son asimilados por otros más inteligentes o agresivos, son muchos los que compiten y pocos los que lo consiguen. No nay reglas inquebrantables en economía, exactamente lo mismo que ocurre en la vida desde hace cientos de millones de años. Son los seres vivos interaccionando los que crean nuevas formas y explotan oportunidades. Por el camino los menos eficientes, los peor adaptados o que no consigan hacerse fuertes en su ecosistema desaparecerán. Hay ventajas por supuesto: el dinero, las relaciones, el conocimiento, la creatividad, aunque ninguna de ellas por si sola garantiza el éxito.
Así que aunque haya actores muy poderosos en la economía, en la política ocurre algo parecido, estamos en medio de una lucha brutal y los individuos vamos a tener la última palabra. Por mucho control que hayan logrado, por grandes que sean, siempre aparecerá un nuevo organismo a cambiar las reglas del juego. Todos podemos jugar pero ¿cómo puedes tener más posibilidades en esta partida? Deja los mantras a un lado, no sirven de nada. Aprender, analizar, dudar... son las herramientas que te hacen invencible. Y puedes ser responsable a la hora de consumir y solidario, también hay oportunidades en ese tablero. En próximos artículos intentaré compartir algunas nociones para despejar algunas dudas comunes.