Los catorce ochomiles de las fiestas
Por Diego, el 02/04/2016

Muchos son los valientes cuyo reto es escalar las montañas más altas del planeta, los llamados “ochomiles”. Éstos, los componen un total de catorce picos, todos ellos situados en las cordilleras del Himalaya y del Karakórum. Está claro que coronar los ochomiles no está al alcance de cualquiera, es más, la cifra de alpinistas que lo ha conseguido no llega ni a los cincuenta, lo que convierte este reto en uno de los mayores atractivos/objetivos para los montañeros más experimentados.
Pero, ¿y si utilizáramos este reto de superación, adrenalina y fortaleza física como símil en el mundo de las fiestas más divertidas?, ¿sería alguien capaz de aguantar (física y económicamente) las catorce fiestas más agitadas del planeta?
Repasemos cuál sería, cronológicamente, la ruta que habría que seguir durante un mismo año natural:
Empezamos testeando nuestro cuerpo con la fiesta de Nochevieja para ver si podríamos aguantar o no lo que está por llegar. Si no se escatima en gastos, ¿por qué no celebrar la noche de fin de año en lugares tan emblemáticos como Sidney o Nueva York?
La fiesta de Nochevieja supone un primer entrenamiento para empezar en condiciones con nuestro reto festivo. Primera parada: Carnaval de Brasil, ahí es nada. Cuarenta días antes de Pascua, es decir, al inicio de la Cuaresma (normalmente en febrero) el Carnaval es una de las fiestas más internacionales de todo el mundo, sin embargo, en ciudades como Río de Janeiro o Sao Paulo la fiesta va mucho más allá gracias a los exuberantes disfraces, carrozas y sambas.
Tras nuestro primer “ochomil”, llegan unos meses de marzo y de abril muy moviditos. Viajamos ahora a India para celebrar el Holi, el colorido festival de la primavera y el amor donde no faltará el Gulal, es decir, los característicos polvos que colorean todo a su paso. Volviendo a Europa, tenemos dos fiestas muy próximas cronológicamente, pero necesarias de disfrutar. La primera de ellas es el Día de San Patricio, el 17 de marzo, una fiesta extendida por todo el territorio anglosajón donde Dublín se convierte en la capital mundial de San Patricio con sus verdes desfiles y sus mares de cerveza. La segunda, una española, las Fallas de Valencia, donde la noche del 19 de marzo se queman las propias fallas siendo el día cumbre de la festividad.
El 13 de abril se celebra el año nuevo tailandés, conocido popularmente como el Songkran. Aquí, el agua invade las calles convirtiéndose en una increíble y divertida batalla campal de pistolas de agua. Aprovechando nuestra estancia en Tailandia, nos podemos acercar a la playa de Haad Rin, donde una vez al mes, coincidiendo con la Luna Llena, se celebra la Fiesta de la Luna Llena, una macrofiesta al aire libre sin ningún tipo de límites.
Todavía con la resaca de la Fiesta de la Luna Llena, regresamos a Europa para celebrar el Día de la Reina (desde 2014 conocido como el Día del Rey) en Amsterdam cada 27 de abril. Todo el mundo sale a las naranjas calles para celebrar el cumpleaños, actualmente, del Rey Guillermo Alejandro. Y tras esto, un merecido descanso hasta finales de mayo.
Cogemos de nuevo nuestra maleta y ponemos, por primera vez en nuestro reto, los pies en Estados Unidos para celebrar el Bay to Breakers en San Francisco, una divertida carrera con el único requisito de participar disfrazado. Más tarde, aprovechando la emoción, la fiesta y los disfraces invaden la ciudad de San Francisco.
Ahora viene otro largo y merecido descanso (concretamente todo el mes de junio) para prepararnos para un inolvidable verano que pondrá punto y final a nuestro reto festivo.
La primera parada veraniega es obligatoria porque además, nos pilla al lado de casa. Pasamos junio de relax y llega el 7 de julio, pues San Fermín. Los Sanfermines posiblemente sean la fiesta más internacional de España congregando a miles y miles de personas con el objetivo de pasarlo bien más allá de los encierros con los toros. Pero bueno, ya que estamos allí habrá que darle una oportunidad a tal subidón de adrenalina, ¿verdad?
Si hemos salido ilesos de los encierros de San Fermín, ahora tenemos que poner rumbo a Bélgica para mover nuestro esqueleto en el festival de música electrónica más importante del planeta, el Tomorrowland (si tenemos entradas, claro, ya que son un bien demasiado preciado). Y de un festival pasamos a otro, pero nos tenemos que ir hasta Corea del Sur. Me refiero al Boryeong Mud Festival, un festival que congrega a millones de jóvenes cubiertos de fango. Literal.
La siguiente parada nos trae de vuelta a España para darlo todo en la batalla más conocida de nuestro país, La Tomatina de Buñol, que nos desatará las fuerzas y la energía para afrontar las dos últimas cumbres del recorrido: el Burning Man de Nevada, la fiesta espiritual y en comunidad más importante de Estados Unidos que finaliza, al igual que las fallas, con la quema de un muñeco gigante; y el Oktoberfest de Berlín, para finalizar por todo lo alto brindando con las mejores cervezas de Europa.
Tan sólo con leerlo ya es un plan agotador, no es nada fácil, pero al igual que para los alpinistas supone un reto alcanzar los catorce “ochomiles”, para los mejores fiesteros del planeta este recorrido también lo supondrá.
Imagen: Kapil Dev Singh