La televisión: ¡cómo nos ha cambiado!... y ¡cómo nos cambiará!
Por Diego, el 16/05/2016

¡Oh televisión!, fiel acompañante del ser humano desde hace casi cien años. Creadora de contenidos y creadora de cultura, no sólo artística, también social.
Vaya, creo que he venido arriba con esta introducción/oda a la televisión, pero no es para menos. Es lo que realmente siento y lo que se merece este “objeto” por el impacto que ha tenido en nuestra sociedad y en nuestras costumbres desde bien entrado los años 30. Para poner un ejemplo acorde a nuestros días, se podría decir que la televisión es el Internet del siglo pasado.
Y quién diga que la televisión no ha cambiado nuestros hábitos de vida y que no ha influido en la sociedad, está totalmente equivocado. El primer cambio se dio dentro de las paredes de casa, concretamente en las costumbres de cualquier estructura familiar. Después de un duro día de trabajo, tras la cena en familia, a todos nos esperaba una “reunión familiar”, como si de un ritual se tratara, delante del televisor para ver cada noche el programa que emitieran. Aunque últimamente menos, la televisión siempre ha reunido a la familia en el salón durante las últimas horas del día.
Antes de su creación, la gente también se reunía en familia durante las horas previas a dormir, sin embargo, por entonces la vida social era mucho más importante. Ahora, aunque muchos estudios nos adviertan de que los núcleos familiares cada vez se están descentralizando más como consecuencia de las nuevas tecnologías, siempre hay un hueco para hablar en familia. Obviamente, no el mismo tiempo que hace ochenta años, por ejemplo, ya que nos vemos obligados a dividir nuestro tiempo libre entre la grandísima oferta de ocio con la que contamos.
Otro factor en el que ha influido la televisión ha sido en nuestro horario. Los bloques de la programación televisiva determinan cuándo tenemos que irnos a dormir, cuándo tenemos que terminar de cenar, cuándo tenemos que comer o, por ejemplo, cuándo es hora de relajarnos.
Dejando a un lado las costumbres sociales, hay que recalcar que la televisión como medio de comunicación de masas ha influido en la manera de pensar de la sociedad. La televisión ha tenido un efecto enorme sobre la opinión pública determinando, desde sus primeros años hasta nuestra más reciente actualidad, qué temas son de principal interés y cuáles no. Este gran tráfico de información globalizada nos ha abierto la mente y nuestra forma de reflexionar más allá de lo que escuchaban nuestros abuelos en el barrio o lo que leían en los periódicos locales. La televisión nos dio un nuevo mundo, nos mostraba la verdadera realidad (los niños ya se crean una imagen del mundo a través de lo que ven en televisión), pero claro, cuidado aquí con la manipulación y con diversos efectos nocivos de la cultura de masas sobre los cuales muchos sociólogos ya se han encargado de denunciar.
Sin embargo, la televisión tal y como la conocemos está desapareciendo poco a poco en detrimento de otro tipo de consumo masivo. Efectivamente, me refiero a Internet.
Los nuevos cambios en los hábitos de la sociedad están marcados ahora por Internet. Se están produciendo ya, mientras leéis estas palabras, y el futuro de su antecesor, la televisión, curiosamente se encuentra inmerso en el medio online. Con el paso del tiempo y con la creación de competencia televisiva, las cadenas se han dedicado a crear programas que quiere la gente. Pues bien, esta filosofía de darle al usuario lo que quiere es la que reinará en la nueva televisión convierto la programación en algo individual y a la carta (aquí Netflix ya se ha adelantado un par de pasos a lo que está por llegar). La gente verá lo que quiera, cuando quiera y donde quiera, sin importar de si lo ve en familia o si lo verá en el salón, en la cocina o sin salir de su propia cama.
Imagen: Cam Evans