No llevamos violencia en los genes

Por Marcela, el 26/05/2016

No llevamos violencia en los genes

Un equipo de investigadores japoneses y de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, coordinado por Hisashi Nakao, un experto en Filosofía de la ciencia de la Universidad Yamaguchi, sugiere en un nuevo estudio que el número de muertes por enfrentamientos violentos entre los cazadores y recolectores prehistóricos es muy bajo.  

La investigación, publicada en la revista Biology Letters, estuvo basada en el análisis de una gran cantidad de datos sobre el estado de los restos de aproximadamente 2.500 individuos que vivieron durante el periodo Jomon, que se desarrolló en Japón entre 13.000 aC y 800 aC. El objetivo era comprobar si los fragmentos óseos tenían señales de roturas o perforaciones que pudieran atribuirse a comportamientos violentos. Pero este tipo de heridas solo se presentaron en el 0,89% de la población. Según estos resultados la tasa media de mortalidad debido a la violencia no supera el 1%. Los científicos afirman que es una prueba de que, en general, llevaban vidas pacíficas y que eventos como la guerra se dan en condiciones muy peculiares.  

La investigación ha dado de qué hablar en algunos medios de comunicación, según expertos es posible afirmar de algún modo que los humanos no llevamos violencia en los genes. Pero, sería interesante comparar esa cifra con las de la actualidad. Resultaría catastrófico. Cualquier persona que vive en esta época se atrevería a decir con certeza que somos violentos por naturaleza, de hecho, algunos antropólogos atribuyen a la teoría de Thomas Hobbes, egoísmo psicológico, una capacidad innata de los humanos para la crueldad. Lo que no suena a nada desconocido si leemos un periódico por diez minutos.

¿Qué nos lleva entonces a la violencia? Es difícil argumentar una respuesta, podría ir desde los genes hasta la corrosión de la misma sociedad. Vivimos en un mundo violento, en donde la brutalidad es noticia de todos los días. Me pregunto si llamarnos “humanos” todavía está bien. Hemos perdido la capacidad para entender la vida en todas sus formas ¿Qué pasó en tantos años de evolución?  Se supone que debíamos mejorar, no convertirnos en seres de destrucción masiva.

 

 

 

Imagen: Marta Mirazon Lahr / AFP / Getty Images