¿Lo que pides se parece a lo que das?

Por Pilar, el 01/07/2016

¿Lo que pides se parece a lo que das?

A menudo me encuentro con personas que se quejan de lo mal que les va en las relaciones, de las dificultades para elegir a alguien de tal o cual manera. Y aquí empieza la retahila de virtudes que debe poseer la persona adecuada, y que debe estar adornado/a con educación, buen caracter, ser detallista, trabajadora, sincera... esto dejando para el final lo que posiblemente sea lo que más llama al menos de primeras, la atención, que es el aspecto físico. Si además de todos esos adornos la persona en cuestión es guapa y tiene un tipo de escándalo mejor que mejor.

La parte que me resulta más curiosa de todo esto es, que la mayor parte de las personas que piden esa lista de deseos, no tienen muchas de esas cualidades que exigen a su pareja ideal, a pesar de estar convencidas de todo lo contrario.  Posiblemente no son ni conscientes de esa situación, pero así es. Si te parece que tú mereces lo mejor, las más grandes atenciones, lo más fantástico de este mundo, debes estar preparado a darlo también por el otro... seguramente también espera lo mismo, ¿no crees?

El fallo de muchas relaciones es creer que uno tiene derecho a tener a su lado a una persona con todas las virtudes, pero no pararse a pensar que el deseo del otro debe ser parecido. Es pensar en las buenas cualidades que tiene uno mismo, pero no apreciar las muchas que también tiene su acompañante. Creer que uno merece los esfuerzos necesarios para que le hagan feliz, pero no estar dispuesto a mover un dedo por la felicidad del otro.

Llegados a este punto tenemos claro que no hay personas perfectas, todos somos de carne y hueso, con defectos y virtudes. Solo es cuestión de encontrar a alguien con unas imperfecciones que podamos sobrellevar sin mucho esfuerzo o utilizar éste para darle la vuelta a la situación y ver todo lo bueno que esa persona lleva consigo y nos aporta.

Si pides mucho a las parejas y a las relaciones, tienes que estar dispuesto a dar en la misma medida. Lo que pides se tiene que parecer a lo que das, sino no es relación, es uno que absorbe y quema al otro. Ni eres mejor ni peor, ni mereces más ni menos que tu pareja. Hay dos personas en una relación y se trata de compartir, no de que uno se quede con todo dejando al otro sin fuerzas para seguir.

Cuando busques a alguien y definas mentalmente qué esperas de esa persona, piensa también si todo eso que deseas, tú eres capaz de ofrecerlo.