Sexting

Por Pilar, el 30/08/2016

Sexting

Seguro que has oído hablar de esta práctica, puede que incluso la hayas practicado alguna vez, y habrás escuchado infinidad de advertencias sobre ella. El sexting consiste básicamente en mandar fotos o vídeos de contenido sexual a otra persona a través del móvil. ¿A quién se envían? Los estudios apuntan en primer lugar a alguien que nos gusta, a nuestra pareja, a nuestros ex, a amigos, y también a desconocidos y compañeros de clase. El dato más importante es que la mayoría se manda a alguien que nos gusta, es decir, a una persona a la que estamos conociendo pero de quien desconocemos muchas cosas aún, y a la que sin ninguna precaución le estamos enviando imágenes explícitas nuestras de contenido sexual. Otro dato significativo es el envío a desconocidos, de los que no tenemos ninguna referencia, no sabemos si es quién dice ser, si es un adulto, un pederasta, nada... y aún así le mandamos una foto nuestra sin apenas ropa. Como mínimo es arriesgado, ¿no te parece?

¿Por qué pasa esto? Seguramente porque los adolescentes no son conscientes del peligro que esto supone, de todas las implicaciones que puede haber detrás. Tal vez confían o ni siquiera se les pasa por la cabeza, que esa imagen la vaya a ver alguien más que el destinatario. Pero lamentablemente no es así, y aunque no adivinen segundas intenciones en nadie, los datos están ahí, y muchos adolescentes sufren acoso y chantaje para que lleguen más lejos, después de haber compartido contenidos con personas inapropiadas. 

Puede que incluso les parezca normal verse expuestos, ya que es algo que hacen habitualmente  los famosos a los que siguen en las redes sociales. Y aunque las celebrities sigan esta práctica no se pueden comparar ambos tipos de vida ni sus contextos. En la mayoría de casos porque ellos mismos son los que cuelgan sus fotos, muchas veces con propósitos publicitarios, y tienen una relativa facilidad por los medios que manejan, para evitarlo si se les va de las manos.

Un adolescente cuando quiere coquetear, llamar la atención o lucirse con alguien que le gusta, tendrá como primer impulso mostrar la mejor imagen posible, la más sexy, imitando eso que ven en otros, sin calcular previamente las consecuencias de este acto. Pero solo con que las cosas se tuerzan, haya una ruptura o un ánimo de venganza por parte de alguno de los participantes en este intercambio de fotografías, ya se ha gestado una situación difícil de controlar. A un click cualquiera tiene la posibilidad de compartir fotos y que las vea medio mundo.

Así es que piensa un poco antes de mandar fotos tuyas de este tipo. Incluso teniendo la máxima confianza con el receptor, solo por un descuido pueden acabar en Internet. ¿No te ha pasado alguna vez que has enviado un whatsapp justo a la persona que no debía leerlo? pues con una imagen puede ocurrir lo mismo, incluso aunque no sea tu intención ni la del otro, imagina ya si hay mala intención. Te expones a pasarlo realmente mal y si además no te atreves a contar lo que ha pasado a tus padres, eres carne de chantaje y de acoso, si no es que pasa algo más grave aún. Ten cuidado con lo que compartes, si es una imagen comprometida aún más y piensa si es necesario complicarte la vida innecesariamente con un tema así.