El sufragio femenino
Por Pilar, el 06/12/2016

Al instaurarse la II República en España y tras la Constitución de 1931, se aprobaron una serie de medidas políticas, sociales y legales que dieron lugar al derecho a voto de las mujeres en 1933. Cuando Clara Campoamor defendió el sufragio activo femenino, ella era diputada porque sí existía el sufragio pasivo, las mujeres podían ser elegidas para cargos, pero solo había dos parlamentarias en las Cortes. No fue fácil luchar contra la incomprensión de sus oponentes, pero fue más dura aún la lucha que mantuvo con sus compañeros de partido. Después de la I Guerra Mundial en varios países de concedió el voto a las mujeres y en España se empezó a debatir sobre el tema. En la dictadura de Primo de Rivera en 1923, se incorporó ese derecho limitándolo a las elecciones locales. En la II República ya no habría restricciones.
Las dos únicas mujeres del Congreso no estaban en el mismo bando, tenían posturas opuestas al respecto y fueron las conductoras del debate que gano Clara Campoamor, frente a Victoria Kent. El 1 de octubre de 1931 se aprobó el sufragio femenino por 161 votos a favor y 12 en contra. Estaban a favor el Partido Socialista, excepto Indalecio Prieto, los partidos de derecha y algunos grupos republicanos. El partido de Campoamor, los radicales socialistas y Acción Republicana estaban en contra.
La razón de que la izquierda de aquel entonces se negara a apoyar el voto femenino, es que pensaban que las mujeres en España se dejarían llevar por aquello que dijera la Iglesia y votarían a la derecha, ya que en su opinión no tenían ni reflexión ni espíritu crítico dejandose llevar meramente por la emoción.
De hecho uno de los partidos que votó en contra, Acción Republicana, aprobaba el voto masculino a los 23 años, pero consideraba que la edad óptima, para que en todo caso, lo pudiera hacer una mujer sería a partir de los 45, que es cuando serían maduras en voluntad e inteligencia. Después de ganar la votación, en las elecciones de 1933 las mujeres pudieron equiparar sus derechos electorales como ciudadanas al de los hombres y ejercer el sufragio si tenían más de 23 años.
Esto, que supuso un hito en la historia del país y de los derechos fue el fin de la carrera de Clara Campoamor, ya que ganó la derecha y se cumplieron los presagios de quienes negaron el voto a las mujeres. Abandonó el Partido Radical y no consiguió ingresar en Izquierda Republicana donde le denegaron la militancia. Más tarde al ganar el Frente Popular gracias también al voto femenino, escribió Mi pecado mortal. El voto femenino y yo. Huyó de España a Suiza cuando estalló la Guerra Civil y murió en 1972. La llegada de la dictadura acabó con ese derecho en ambos sexos, hasta la llegada de la Transición.