El Síndrome del Impostor
Por Pilar, el 13/12/2016

El síndrome del impostor es un malestar emocional que se produce cuando una persona cree que no merece el éxito que disfruta a nivel profesional, social o académico. No es un síndrome que se describa en los manuales de diagnóstico médico, pero sí produce una serie de síntomas que pueden producir malestar emocional al hacer que el afectado dude de las propias habilidades y capacidades.
La persona que lo padece cree que si los demás fueran conscientes de su supuesta mediocridad, tendrían una visión diferente de ella y se acabarían sus supuestos privilegios, si es que los hay. Suele aparecer en estudiantes con buenas notas y en profesionales con éxito, y tiene que ver con la baja autoestima y el pobre autoconcepto que el individuo tiene de sí mismo. También pueden influir en su aparición las críticas de personas del entorno. Según la doctora Valerie Young, que ha estudiado este síndrome en 1978 por Pauline Clance y Suzanne Imes, siete de cada diez personas lo han sufrido en algún momento de su vida.
Según la doctora Young, la percepción de términos como éxito, trabajo y competencia son factores causantes del síndrome, ya que los que lo padecen son personas muy exigentes consigo mismas y se ponen metas difíciles de cumplir. También pueden influir las dinámicas familiares durante la infancia, cuando hay un entorno en el que el individuo no destaca tanto como los demás. Reconocerás a estas personas:
- Porque creen que sus éxitos son inmerecidos, los atribuyen siempre a factores como suerte o azar, no a sus propias cualidades.
- No tienen confianza en las aptitudes que les han llevado a conseguir lo que tienen.
- Tienen miedo a que los demás descubran lo que creen que es un fraude.
- Son personas inseguras en el ámbito académico, laboral y social.
- Ante situaciones similares a las que ya han superado con éxito, tienen expectativas de fracaso y pueden incluso reducir la motivación de logro debido a la falta de confianza.
- Sin causa aparente sienten ansiedad, tristeza, y otros estados anímicos negativos
Si crees que estás sufriendo los síntomas de este síndrome es aconsejable hacer esto:
- Haz tu propia definición de lo que es para ti el éxito: calidad de vida, satisfacción personal, y realización personal.
- Convierte los pensamientos negativos en positivos, haz un inventario de todo aquello que eres capaz de hacer bien y que te hacen valioso.
- Establece metas realistas y comienza por las más difíciles. No procrastines para no tener la sensación de que eres ineficaz.
- Aprende de los errores, son oportunidades para aprender y crecer.
- Y no te compares con otras personas, no caigas en la tentación de creer que los demás son mejores que tú.
Sufrir de manera leve este síndrome puede ser positivo, ya que la inseguridad sirve para estar siempre en guardia, y tener claro que nadie es infalible. Así es que convirtiendo una cosa negativa en positiva, resulta que se vuelve una fortaleza en vez de ser una debilidad. Al intentar ser mejores, las personas que lo padecen son más eficaces y capaces de alinearse con los objetivos de su equipo. Son personas que quieren formarse continuamente, aprender y asumir nuevos retos.