Nosotros los "normalers"

Por Pilar, el 31/05/2017

Nosotros los "normalers"

Mira que resulta complicado en un mundo de runners, youtubers, influencers, bloggers y demás anglicismos, ser del grupo de los "normalers", de los del montón. Sí, de esos que se proponen salir a hacer ejercicio por la mañana, y siempre pasa algo, por ejemplo que no encuentran el ánimo. O de los que leen mucho sobre alimentación sana pero acaban comiendo comida rápida, justo lo que hace falta para esa dieta que empezaron hace mil, a pensar, no a hacerla. De los torpes que nos manejamos más o menos con el ordenador si es algo facilito. De las que nos prometemos tirar toda la ropa que hace temporadas que no nos ponemos, y tener cuatro modelitos justos pero con estilo, y al final nos pasamos la vida con unos vaqueros y una camiseta, casi como equipación oficial. 

Y claro los ves a ellos tan completos, tan especiales, que por mi parte, como persona "normaler" practicante, siento envidia, así sin más. Envidia a palo seco, porque son capaces de madrugar o trasnochar para salir a correr, porque tienen una gracia increíble para contar cosas y que no puedas dejar de mirarlos y escucharlos, porque da gloria bendita ver lo guapísimos que se ven siempre aunque sea para pasear al perro, y porque después de un día agotador aún son capaces de salir a tomar una copa, sin que nada en su cara delate ningún esfuerzo, y yo no. 

El colmo es cuando todo este derroche de virtudes se reune en la misma persona, que además tiene un trabajo que le encanta, en el que además es de los mejores, una pareja increíble, un niño pequeño, dos perros, sale a comer todos los viernes con su madre, los miércoles con los amigos y el fin de semana lo dedica a relajarse. Yo solo puedo manifestar mi más profunda admiración hacia ellos, y solo encuentro justificación pensando que seguramente no estamos hechos de la misma manera... Así es que nada, nos conformaremos con seguir perteneciendo a ese grupo de "normalers", menos glamouroso, pero con el consuelo de que somos mayoría y de momento, menos envidiados, que nunca se sabe...