Efecto Roshomon
Por Pilar, el 28/06/2017

Cuando se escuchan dos o más versiones de una historia se suele decir que cada uno cuenta la feria según como le va. Verdad puede que solo haya una, pero lo cierto es que ante un acontecimiento cualquiera, es difícil que dos personas den la misma versión, o tengan la misma opinión de una persona. Pues eso que tantas veces hemos visto, se llama Efecto Roshomon, y toma su nombre de la película del mismo nombre, en la que un mismo acontecimiento es explicado por varios testigos de manera diferente. Todos han visto lo mismo, pero de una versión a la otra hay muchos matices.
Y parece extraño que donde una persona ve simpatía, otra vea burla, o que alguien describa como bello un objeto que otro definiría como horroroso. ¿Por qué ocurre eso? Porque nuestra subjetividad y la propia percepción individual nos hacen percibir la misma realidad de forma distinta.
En nuestra manera de entender las cosas influyen factores como la intensidad emocional, las experiencia previas y las expectativas.
Cada persona tiene unos sesgos en la valoración de un estímulo y dependiendo de factores como
la memoria, la abstracción selectiva y de sobregeneralización y patrones atencionales, la intensidad emocional será mayor o menor. Si es baja, el recuerdo de una situación será menos nítido en algunos puntos, y si es alta, más detallado. Esto ocurre porque el sistema cognitivo ha de priorizar y procesa la información que le resulta más relevante para la propia adaptación. Por esto la intensidad emocional es la que hace que ante una misma situación, dos personas tengan reacciones emocionales diferentes.
Las experiencias previas, influyen en la forma en que se percibe una situación y en la forma en que se interpretan y analizan de forma distinta a otras personas, puesto que las vivencias han sido diferentes.
Y las expectativas también juegan su papel. Es habitual imaginar cómo puede ser una persona o una situación sin conocerlas. Luego, cuando se compara lo imaginado con la realidad pueden resultar positivas o negativas, lo mismo que el posterior recuerdo. Así es que parece que cuantas menos expectativas se tengan y menos se adorne lo desconocido mejor, porque se percibe más nítidamente la realidad.
Así pues nadie tiene razón, igual que nadie se equivoca, cuando ve lo que ve: sencillamente cada uno expone y cuenta lo que ha visto o vivido desde su punto de vista.
Como pista, conociendo a las personas que tenemos alrededor, podremos saber según sus características, cómo "interpretar" todo lo que nos cuentan sobre lo que han visto.