Mitos y creencias
Por Pilar, el 21/08/2018

No se sabe muy bien el motivo por el que surgen algunas creencias que acaban arraigándose en el imaginario popular sin que tengan ningún fundamento científico. Estas son algunas de ellas.
Solo utilizamos el 10% del cerebro
No es cierto, se utiliza todo. Otra cosa es que alguien lo haga tan mal que bueno, parezca que solo un poco. En serio, sin saber demasiado de ciencia, con lo sabio que es nuestro organismo, ¿no crees que ya se habría desprendido de ese sobrante si no lo utilizara? Solo sirve para que algunas explicaciones pseudocientíficas tengan justificación, precisamente aludiendo a esa supuesta parte inutilizada.
Es peligroso despertar a un sonámbulo
El sonambulismo es un trastorno del sueño durante el que se desarrollan actividades motoras automáticas en estado inconsciente. La persona que lo padece está dormida, pero parece despierta, tiene los ojos abiertos, puede caminar. Despertarle no es peligroso, le ocurrirá lo mismo que a alguien que no sea sonámbulo. Estará confuso y aturdido porque se encuentra en la fase profunda del sueño. Ni más ni menos.
Un chicle tarda años en digerirse
Si te tragas un chicle tardará en digerirse... lo mismo que lo demás. Es mentira la creencia de que se queda pegado en el estómago o el intestino. Es una manera de asustar a los más pequeños para que anden con cuidado. El cuerpo es muy eficiente y se encarga de darle curso natural. Puede que más rápido que otros alimentos ya que el sorbitol que contienen algunos tiene efectos ligeramente laxantes.
La luna afecta el comportamiento
Desde la Antigüedad la luna se ha visto rodeada de un halo de misterio. Se le atribuyó un efecto gravitacional según las fases de gran influencia en las mareas, que también se trasladó a los humanos. George Ogden Abell desmintió estan creencia en 1978 asegurando que la fuerza gravitacional de la luna siempre es la misma. Sin embargo, a pesar de no existir ningún fundamento científico todavía se le sigue atribuyendo curiosas variaciones en la conducta humana. El sesgo cognitivo de confirmación hace que las personas acepten la información que refuerza aquello en lo que creen y a ignorar aquella que lo niega.
Se puede hipnotizar a una serpiente con una flauta
No es cierto que se hipnotice al animal con la música de la flauta, ni con la de cualquier otro instrumento. El encantador mueve la flauta delante de la serpiente que observa con interés el movimiento, porque cree que podría tratarse de un potencial enemigo y se concentra tanto en él, que parece hipnotizada.
Los toros atacan al rojo
Tampoco es cierto. Los toros no ven más que en blanco y negro, así es que es imposible que el rojo u otro color les excite de ninguna manera, es el movimiento lo que les llama la atención. De hecho la manera de llamar su atención cuando se intenta distraer su atención es moverse delante de él. Posiblemente el color rojo se empleara en el vestuario taurino por su vistosidad y porque oculta facilmente las manchas. No hay más.
Los gatos siempre caen de pie
A esta afirmación le sobra el siempre y hay que añadirle un depende. Los gatos suelen salir bien parados de una caída a cierta altura, de hecho si hay poca le salen peor los cálculos. La explicación a su facilidad para caer de pie se debe a su sistema vestibular, responsable del equilibrio. Reacciona en apenas una décima de segundo, y pone en marcha un reflejo innato, de enderezamiento, que le permite revolverse y caer girado hacia el suelo. Además tiene un esqueleto muy flexible y un sistema de amortiguación que le permite minimizar el daño del choque.
Como ves estas creencias se desmontan fácilmente aplicando la lógica o sencillamente atendiendo a razones científicas, pero seguro que te encontrarás con alguien que cree firmemente en ellas