¿Es un mito la autoayuda?

Por Pilar, el 23/10/2019

¿Es un mito la autoayuda?

La autoayuda es una parte del Desarrollo Personal, un proceso de evolución en la forma de pensar de las personas, que adquieren otros comportamientos y mejoran su vida. Se trata de descubrir personalmente qué es lo que hay que hacer para conseguirlo.

Una idea que resulta muy interesante, aprovechar los propios recursos para superar momentos malos o evolucionar cuando uno es consciente de que algo no funciona tal como está planteado. La autoayuda sin embargo, plantea algunas cuestiones que no son del todo ciertas: que las personas merecen cosas extraordinarias con solo desearlas y que todo es responsabilidad de uno mismo.

¿Merecen cosas buenas las personas? Sí, ¿verdad? las buenas y las malas. Pero solo con merecerlas o desearlas con fuerza no se consiguen. Pensar en una suerte de confabulación cósmica que te da lo que deseas/mereces resulta casi infantil. Imagina que sea lo mismo justamente que quiere otra persona, o que sea totalmente opuesto a lo que quiere otra respecto de la misma situación. ¿No te suena raro? 

Por otra parte, la autoayuda hace a la persona casi totalmente responsable de lo que le ocurre. Sí, está claro que muchas de las cosas que te pasan a diario dependen de ti, pero algunas no, ni buenas ni malas, porque no las puedes controlar, y asumir que a pesar de eso tienes que poder con ellas es frustrante.

Tener una actitud positiva, proactiva, es una buena manera de encarar el mundo, para ti mismo y para los que tienes alrededor. La gente optimista, que sonríe, padece los mismos inconvenientes y desgracias que cualquiera, pero con mejor ánimo. Pero hacerlo porque sí, cuando lo que te pide el cuerpo es llorar, tampoco es sano. Llora, sufre, sin recrearte, pero date una tregua.

No es el universo el que trabaja para ayudarte o castigarte, eres tú el que te ayudas con tu esfuerzo. Ten sueños, pero sé realista con lo que puedes hacer, las metas inalcanzables son eso, inalcanzables y como tales, no te aportarán nada, más que frustración. No hay que ajustarse a un patrón de lo que se considera perfecto, que puede ser o no válido para ti. El éxito tiene que ser lo que tú creas que es, por mucho que desde fuera no se note.