No se puede cambiar el pasado

Por Pilar, el 10/12/2020

No se puede cambiar el pasado

Lo políticamente correcto es absolutamente castrador. Hay que tener cuidado a la hora de hablar de ciertos comportamientos, de algunos colectivos, de no ofender aunque uno ni sepa ni tenga intención de hacerlo. Y uno tiene derecho a sentirse ofendido, solo faltaba, aunque de ahí a querer cambiar el entorno, la vida de los demás para que eso no suceda va un trecho. La censura a la que se nos encamina no soluciona nada, porque lo que es es, por mucho que alguien se empeñe en taparlo.

Ahora se están revisando textos, series y películas que tienen algunos años, a las que se acusa de racistas, homófobas o machistas. Seguramente lo son, antes y ahora. Eso no tiene remedio. Pero en primer lugar, los artistas los creadores son personas y un grandísimo escritor puede ser machista, xenófobo o mil lindezas más, sin que eso le quite méritos en cualquier otra cosa. Por no hablar de la absoluta libertad que cada uno tiene para pensar lo que quiera y crear como le de la gana.

Si alguien considera que algo le resulta ofensivo, es sencillo, no comprar, no leer, no ver esas películas, series o libros. Lo que no se puede hacer es ir eliminando todo lo que a cada colectivo le disguste. ¿Cómo sería un mundo en el que unos y otros censuran o modifican una parte de la historia que no les parece apropiada? 

El pasado no se puede cambiar, y volver atrás en el tiempo y calificar una actuación o una creación del pasado con los criterios del presente es absurdo y no tendría fin, se podría llegar hasta el principio de los siglos. Y después de todo, hay que entender que nuestro mundo actual es producto de la evolución de las sociedades anteriores, con lo bueno y lo malo. Tal vez si todo eso de lo que se reniega no hubiera ocurrido, habrían pasado otras cosas, incluso peores.

Si un tema se censura, blanquea o cambia, es imposible que remuerda conciencias, si se elimina su huella, si se descontextualiza. Las situaciones injustas no se pueden cambiar eliminándolas, ni viéndolas con los ojos de la actualidad. Aunque algunos se empeñen en hacerlo, el mundo no se cambia así.