Respira tus emociones

Por Justina, el 25/09/2012

Respira tus emociones

En mi ciudad hay varios jardines y escuelas antroposóficas, mas conocidas como pedagogía Waldorf. Una de ellas, la escuela La Semilla, publica mensualmente una revista que comparte con la comunidad.

En esta ocasión, encontré en la revista un artículo que llamó mi atención y que decidí compartir con ustedes hoy. Es de una madre, Silvia Albano, compartiendo una vivencia que tuvo con su hija a la salida de la escuela:

"Hace unas semanas le pregunté a mi hija Sarah de 6 años, como hago siempre volviendo de la escuela, si había pasado algo feliz o algo triste en su día: esto me ha dado pie a muchas charlas interesantes e inesperadas. Esta vez me dijo que había pasado algo triste: un compañero le había dado una "piña" (golpe) en el pecho que la dejó son aire y le dolió mucho.

-¿Lloraste? - le pregunté para disminuir el dolor en el pecho que sentí yo.

- Sí - me respondió - pero enseguida vino una médica y me puso las manos en el pecho y .. no sabés mamá cómo me calmó!. Me decía que respire donde ella me ponía la mano (llevándola a que respire profundo con la pancita). Me curó.

Mi sorpresa fue grande. Generalmente a la mayoría de nosotros no se nos enseña de pequeños qué hacer cuando tenemos dolor, enojo o tristeza. Lo que sí podemos ver es qué pasa en nuestro cuerpo cuando nos atrapan estas emociones. Si estamos tristes, cansados, enfermos o felices nuestra respiración cambia sin que seamos conscientes de esto. Pareciera que la sabiduría genética de nuestro cuerpo supiera qué hacer por sí solo para equilibrarnos un poco, al menos. De forma tangible podemos ver que a cada emoción le corresponde un ritmo respiratorio.

La respiración encierra muchos secretos. Sabemos ahora que podemos dar vuelta este proceso emoción-respiración y entonces logramos respirar para cambiar nuestra emoción.

Mas tarde descubro que "la médica" es lo que nosotros los adultos llamamos "maestra de cuarto grado".