Hacia la felicidad, diciendo lo que quieres

Por JoseV, el 17/05/2013

Hacia la felicidad, diciendo lo que quieres

Vivimos en una época en la que es políticamente correcto decir sí. En la que buscamos la forma de evitar los conflictos, la discusión por todos los medios. Pero como cualquiera que forme parte de un colectivo innovador sabe, el progreso es imposible sin el debate, sin la discusión, dejando espacio para que fluyan otras opiniones e ideas.

Soy consciente de que éste será un artículo polémico, como lo está siendo el anterior, porque no conecta con el planteamiento positivista más al uso, pero creo firmemente que fomentando el pensamiento crítico de los individuos, empezando por sí mismos, desde la escuela, en la familia es la única forma de progresar personal y colectivamente, pero, sobre todo, ser más felices. No es posible ser felices sin algún nivel de compromiso. Y cuanto mayor es el nivel del compromiso, más felices somos.

Si eres responsable de una organización y no tienes claro las ventajas de contar con personas más inteligentes, más capaces, a las que se permita aportar su punto de vista libremente, probablemente es porque tienes tu propia hoja de ruta y te funciona. Si estás seguro enhorabuena, que dure. Si no lo tienes tan claro, si ves signos de desgaste, pero no aprecias los pontenciales problemas de tu modelo, tal vez debieras buscar una opinión externa. Porque no obtener el máximo de los que forman parte del colectivo, además de ser poco práctico, no es lo más inteligente malgastar los recursos. Tal vez no sea compatible con el tipo de empresas que están triunfando y lo seguirán haciendo. Esto va muy, muy rápido.

No podemos confundir un enfoque positivo, con una actitud seguidista, aceptando sin más algo con lo que no estamos de acuerdo. Es importante saber decir que no. Y tanto más importante hacerlo sin herir ni molestar al que tienes enfrente. La crítica constructiva es necesaria para la evolución de individuos y organizaciones. La autocrítica es esencial para que avancemos, es imposible progresar sin saber lo que debemos mejorar o corregir, que oportunidades estamos dejando pasar.

Empezando por uno mismo

A nivel personal es algo asequible, que puedes hacer sin recursos especiales: observa tu comportamiento, seguro que eres consciente de un par de cosas; fíjate en la reacción de los demás a lo que haces o dices; pregúntales que les gusta de ti y que podría ser mejorado. Si realmente quieres que sea útil empieza por aquellos que sabes son más negativos y pídeles que sean totalmente sinceros, probablemente te den la mejor información. Procura grabarlo, para que puedas estar lo más atento posible a lo que te cuentan, escucharlo tranquilamente después y hacer un resumen. Anímales a hacerlo con crudeza, seguro que a poco que insistas lo harán. Y prepárate para escuchar cosas que no te van a gustar. No te pongas a la defensiva. Déjales que se expresen con libertad. Puede ser realmente duro, pero necesitas esta información. Haz una lista con lo positivo y negativo. Eliminada la mayor parte de la carga emocional, compártelo y pide la opinión de otros. Con las conclusiones tendrás la imagen que tienen los demás de ti. Ahora decide que hacer con esa información tan valiosa. Puedes seguir igual o tomar el toro por los cuernos y actuar sobre aquello que creas más beneficios para mejorar tu vida y la de los que te rodean.

Las organizaciones son otra cosa

A nivel colectivo puede ser más complejo y lo cierto es que a veces es muy difícil superar barreras y comportamientos que están sólidamente anclados en las organizaciones. Inténtalo con los que tienes más cerca, habla francamente con ellos, expresa tus ideas, observa sus reacciones, intenta hacerles partícipes. Si funciona inténtalo con alguien por encima que creas puede ser más sensible al cambio. Si hay mucha resistencia y estás en posición para buscar ayuda externa, inténtalo. Y si no ves que sea posible de ninguna de las formas, probablemente deberías elegir: pasar una buena parte de tu vida en un lugar en el que no consideran tu punto de vista, tus aportaciones o dar el salto a otras organizaciones o incluso a otras tareas completamente diferentes.

Ser felices

Debemos descubrir lo que puede ser mejorado no para castigarnos y enterrar en nuestras mentes cargas insoportables, hay que hacerlo porque de otra forma solo retrasamos las consecuencias, perjudicando nuestra vida y salud. Prever, estar atento, ser proactivo, aportar otros puntos de vista y soluciones, no está reñido con vivir y buscar un enfoque positivo a nuestras vidas. No se trata de centrarse en el problema o los causantes, sino en buscar un enfoque útil, práctico, encontrar las soluciones que nos permitirán continuar avanzando. Se trata en fin de no esconder los problemas bajo la alfombra y aprender a enfrentarlos con coraje, con el único propósito de encontrar la forma de ser más felices.

Imagen: Muffet.