Envidia social
Por Pilar, el 15/07/2015

Seguro que perteneces a alguna red social, casi con seguridad a más de una, y posiblemente una de ellas sea Facebook. Como todos tendrás expuestas muchas cosas que te presentan de alguna manera en sociedad. Tienes información de tu ciudad, estudios o trabajo, empleo, y el número de amigos que te siguen. Fotos y vídeos de tus comidas familiares, de encuentros con amigos, en vacaciones o tomando algo fresquito en una terraza de verano.
Esto solamente muestra una parte de tu vida, la buena, la agradable y feliz que apetece contar a todo el mundo. Esa que nada más colgar en tu muro recibe montones de me gusta y comentarios de lo bien que se te ve, por parte de la gente que te aprecia y hace algún tiempo que no te ve, de los que compartieron contigo la velada constatando que efectivamente así fue... y te sientes como en una especie de limbo de felicidad, por lo popular y querido que eres. Puede que incluso te atrevas con comentarios poéticos sobre tu estado diario que también reciban el beneplácito de tus amigos, en ocasiones tan vehementes que parece un club de fans. Seguro que esto te ha ocurrido, ¿a que sí?
Nada de esto es en principio malo o indeseable, incluso hay gente que también cuenta sus penas y recibe un consuelo que les puede ser beneficioso, por qué no, aunque este caso es menos frecuente. Lo que sí es malo es la ansiedad que puede producir la espera de este me gusta, y sobre todo la comparación que establecemos con otros. Cuando vemos como triunfan los comentarios, los estados, las fotos de otras personas que aparentemente tienen más tirón que nosotros a la hora de exponer su vida.
Porque si algo hay que tener en claro es que es un escaparate, un tanto manipulado, de nuestras vidas, ya que no nos mostramos enteramente, sino sólo lo que nos conviene. Podemos crear la imagen que nos gusta dar al mundo, no lo que somos en realidad.
Esto quiere decir que podemos aparecer como personas con una vida maravillosa que puede que no lo sea tanto. Y al igual que nosotros los demás. De ahí que podamos provocar o padecer una especie de envidia social cuando nos dedicamos a pensar qué vida tan fantástica tienen los otros sólo fijándonos en lo que muestran en su muro.
Que no te pase esto, no pienses que la vida de los demás es mejor, o que tu tienes menos valor como persona solo por la comparativa de lo que muestras y muestran en redes sociales. La envidia no es un buen sentimiento, y menos cuando está basado en algo tan poco sólido como este postureo. Las redes sociales deben ser un instrumento para distraerse, conocer gente, compartir y exponer lo que uno quiera pero en absoluto motivo para padecer ansiedad e inseguridad.
Vive y disfruta tu vida, sin comparar si es mejor o peor que la de otros, sólo piensa que es la tuya, y que tienes mucha que celebrar, y si no es así cámbiala, pero por que tu quieres hacerlo, no porque sea más deseable cara a otros.
Imagen: Jakob Lawitzki