Ansiedad

Por Pilar, el 08/05/2016

Ansiedad

La ansiedad forma parte de nuestra vida diaria: el mundo transcurre de una manera tal que el estrés y el exceso de obligaciones nos obliga a manejar muchos asuntos a la vez. Nuestra mente intenta planificar, anticipar el futuro y ese proceso produce ansiedad. Las consecuencias son nerviosismo, cansancio, irritación y enfadado y sobre todo dificultad para la concentración y el avance de los proyectos personales. 

¿Por qué tenemos ansiedad? Se produce como un mecanismo de defensa ante situaciones que consideramos peligrosas. Es importante entonces averiguar qué situación es la que la desencadena, porque nos puede ayudar a paliar sus efectos. Es posible que analizando las cosas que nos rodean nos demos cuenta de que es debida a una cuestión insignificante, pero que no estamos gestionando bien. Aquí hay que poner en marcha la voluntad y es espíritu práctico para superarla. Si tiene solución busquemos como hacerlo, y si no la tiene no nos queda otra que asumirla.

Sea cual sea la manera de superar el problema y la manera que creamos más conveniente para solucionarlo, tenemos que hacerlo a nuestro ritmo. No se pueden solucionar las cosas de hoy para mañana, y es mejor ir creando hábitos interesantes y saludables poco a poco, afianzando nuestros logros. Si intentamos hacerlo todo rápido y a la vez, nos encontraremos con demasiados frentes abiertos, lo que únicamente aumentará nuestra ansiedad.  

En ocasiones es aconsejable parar, pensar que ocurre y reorganizar nuestra vida si es necesario. Una cosa es una situación puntual que nos altere más de lo habitual, pero si es un estado permanente algo está pasando. Utilizar técnicas de relajación y respiración y tener uno hábitos saludables de alimentación y sueño serán muy útiles para ayudarnos a tener un cierto orden y equilibrio, muy aconsejable, ya que la vida desordenada es por sí misma un factor estresante.

Y aunque parezca una cuestión insignificante, tener pensamientos positivos ayuda mucho. Hay que enfocarse en todo aquello que hacemos bien, que suele ser más de lo que pensamos, en nuestros logros, y potenciarlos al máximo. Lo demás, gestionar el tiempo, saber decir no, vivir más en el hoy que en el mañana, son cosas que poco a poco se pueden reeducar, con voluntad e interés.