Creatividad artificial. El arte no será algo exclusivo del ser humano

Por Diego, el 07/05/2016

Creatividad artificial. El arte no será algo exclusivo del ser humano

La Inteligencia Artificial siempre ha sido uno de los debates más controvertidos en referencia a la evolución tecnológica y digital que estamos viviendo. Para algunos, algo necesario para nuestro bienestar y desarrollo como especie; para otros, un arma de doble filo capaz de amenazar nuestra integridad social. De ahí que la ficción se haya encargado de reflexionar sobre ello desde las primeras novelas de ciencia ficción.

Pero la Inteligencia Artificial puede ir más allá de lo que nos podemos llegar a imaginar (en el mundo de los videojuegos ya lo hemos comprobado). No “sólo” se refiere a robots o máquinas que pueden valerse por sí mismas (utilizando el paradigma de la inteligencia de los seres humanos) para resolver problemas o lidiar con ciertas acciones cotidianas. Esta Inteligencia Artificial puede adquirir sentimientos y emociones que, por regla de tres, llevan al desarrollo de las facetas creativas. O lo que es lo mismo, podrán crear arte. Efectivamente, arte, nuestra mismísima esencia como ser racional.

Si en un futuro (no sé si tan lejano como pensamos) los robots puede crear arte por sí mismos, ¿en qué se diferenciarán de nuestra especie? Únicamente en la parte biológica, pero qué importa, ante los ojos de la razón serán seres igual que los humanos, incluso llegarán a desarrollar sus propias tradiciones culturales.

Dejando a un lado el debate sobre las ventajas e inconvenientes de la Creatividad Artificial, hay que confesar que nosotros tampoco hacemos mucho para impedir esta evolución artificial. Es más, la favorecemos con el único fin de satisfacer nuestras comodidades, algo innato en el hombre. Por este motivo, durante los últimos años, la evolución de la tecnología está creciendo tan rápido porque por fin se han tenido los medios necesarios para desarrollarla cayendo, incluso, en peligro de volvernos "obsoletos".

En el mundo de la música y en el de la pintura las máquinas ya han dejado su huella artística

¿Os parece demasiado de ciencia ficción esta teoría sobre la cultura artificial? Pues ya la tenemos con nosotros. Según un artículo de Muy Interesante, en el mundo de la música y en el de la pintura las máquinas ya han dejado su huella artística.

Los primeros de ellos son los Z-Machines, un grupo de música de origen japonés formado por tres robots (teclado, batería y guitarra) capaces de tocar por ellos mismos todo tipo de música, eso sí, compuesta por productores. Aunque no tardarán en hacerlo por sí mismos. Iamus es un ordenador creado en la Universidad de Málaga capaz de componer piezas de música clásica a través de un algoritmo cargado de instrucciones e información.

Por otro lado, en el arte de la pintura, e-David es un brazo robótico controlado por ordenador que tiene la habilidad de plasmar sobre el lienzo (con movimientos propios) cuadros basados en cualquier imagen o fotografía. Asimismo, en el Imperial College de Londres, The Painting Fool, es un software que, sin intervención humana, elige colores y técnicas para dar a luz a una pintura inspirada en cualquier emoción humana.

Naturalmente, estos ejemplos son robots o máquinas todavía sin consciencia propia (o Inteligencia Artificial), pero son capaces de tomar decisiones propias a la vez que van trabajando. Vaya, todo un avance en el tema que nos permite vislumbrar las maravillas (para algunos) que están por llegar en el mundo de la Inteligencia Artificial donde, la creación de arte sin intervención indirecta del hombre supondrá la cima de la evolución robótica. ¿Llegará el momento en el que las máquinas podrán componer temas de música, escribir novelas de ficción o crear el guión de una película? Cuando llegue ese momento nos habremos convertido, literalmente, en dioses.