Los aceites esenciales

Por Pilar, el 14/10/2016

Los aceites esenciales

Las esencias se han utilizado desde el principio de los tiempos, para belleza, para agasajar a los dioses en ritos y ceremonias, para purificar personas, casas, con efectos medicinales... Hechos de plantas, flores, maderas aromáticas, aceites esenciales de todo tipo se utilizaron para un fin determinado, dependiendo de la esencia. Todos los aromas producen un efecto al ser inhalados, los agradables y los desagradables también. ¿Quién no ha evocado alguna vez un sentimiento de paz y armonia al recordar un olor que recuerda momentos felices de la infancia? 

El término aromaterapia fue utilizado por primera vez por el francés René Maurice Gattefosse, cuando se dió cuenta de que los aceites esenciales contenían poderosas propiedades antisépticas y curativas. Años después publicó un libro en el que aseguraba que la inhalación de algunos olores podría aliviar enfermedades como la depresión o la ansiedad. No se trata de medicamentos como tales, no pueden curar enfermedades graves que necesiten de la intervención de la Medicina, pero si pueden ser una ayuda interesante y sobre todo no intrusiva.

Se utilizan aceites esenciales para relajarse en el baño, para ayudar a dormir, para crear un ambiente relajado y meditar, para ayudar a recuperar energías, levantar el ánimo y restablecer el equilibrio interno. Algunos aceites tienen propiedades antisépticas, poder cicatrizante, producen regeneración celular o palían los efectos de enfermedades. 

Las esencias entran en relación con la persona por vía oral, la menos utilizada y necesita de supervisión médica, mucho atención a este punto,  o externa que es la más habitual, con el contacto directo con la piel o a través del olor, utilizando el tacto y el olfato. También se pueden aplicar a través de un masaje. Estos son algunos de los más habituales:

Lavanda: Es relajante, elimina tensiones y dolores de cabeza, mejora la depresión y el insomnio. Si se aplica directamente sobre la piel sirve para tratar el acné, las alergias y las quemaduras.

Jazmín: Es un aceite con propiedades antiinflamatorias, antisépticas, analgésicas y expectorantes. Se utiliza como antidepresivo y puede producir sentimientos de optimismo y euforia. 

Canela: Se utiliza para disminuir la fatiga y el estrés. Es conocida por sus propiedades afrodisíacas. Se utiliza para los síntomas de reumatismo y algunas infecciones.

Rosa: Posiblemente uno de los aromas más utilizados en la historia. Se usa en forma de masajes para mejorar la circulación y la digestión. Sirve para aliviar los problemas menopaúsicos, el estreñimiento, las náuseas y las úlceras gástricas y trastornos hepáticos. Añadido al agua del baño rebaja el estrés y problemas como la depresión, el insomnio o la tensión. 

Sándalo: Se utiliza para tratar el acné, catarros, cistitis, problemas menstruales, en la depresión como sedante, y en algunas infecciones bacterianas. 

Menta: En forma de inhalación se emplea para la bronquitis, catarros, sinusitis, asma y tos. Alivia la fatiga mental, el estrés nervioso y las palpitaciones. Aplicada en masaje se utiliza en las diarreas, indigestiones, neuralgias y flatulencia.

Romero: Es utilizada para aliviar la bronquitis, asma, y catarros. Alivia la irregularidad menstrual, la fatiga mental y activa el sistema linfático. También tiene propiedades analgésicas.

Limón: Si se añade al agua del baño es refrescante y estimulante. Mediante un masaje, elimina la cefalea y migraña, mejora la depresión y alivia el dolor menstrual y urinario. Es astringente y antiséptico.

Árbol del té: Cuando se añade al agua del baño es refrescante y estimulante. Y si se aplica mediante un masaje, elimina la cefalea y migraña, mejora la depresión y alivia el dolor menstrual y urinario. Es astringente y antiséptico.