¿Cuándo empezamos a envejecer?

Por Pilar, el 10/04/2019

¿Cuándo empezamos a envejecer?

Realmente desde que nacemos. Sí, ese bebé sonrosado y mofletudo que apenas tiene unas horas de vida, empieza a envejecer a cada minuto que pasa. Es así. Esa criatura que comienza a crecer, a sentarse, caminar, hablar y en unos años irá a la escuela, a la universidad tal vez y a trabajar, la etapa del crecimiento, hasta los 25 años aproximadamente, no está más que siguiendo la ruta prevista que le lleva a la vejez. Tendrá unos buenos años de estabilidad, de plenitud física, sexual y reproductiva y a partir de ahí en algún momento comenzará el declive.

Eso a nivel físico, centrándonos en lo que suele ser lo habitual. Porque también hay personas que parecen desafiar a la vida y además de estar estupendos, cada día parecen más jóvenes. También es cierto que en la actualidad el momento de entrar en la vejez se produce cada vez más tarde. La continua mejora en la calidad de vida ha hecho que considerar a alguien mayor o anciano requiera tener más de 70 años.

Luego está ese otro envejecimiento, el de la mente. Ese que hace que ya no te guste nada, no te apetezca arreglarte, hacer deporte... y ahí ya depende de cada uno. Porque encuentras personas jóvenes que son lo más parecido a una acelga y abuelos que tienen una energía que podrían incluso vender enlatada. ¿Cuestión de actitud? Seguramente. O de aprovechar la vida a tope y entender que los buenos momentos pasan rápido y nunca se sabe si el que se está disfrutando es el último. Algo que solo se entiende si ya se tienen unos años, algunos fracasos en el cuerpo y el horizonte final algo más cercano.

Y luego, me atrevería a decir que uno es viejo cuando se le percibe como viejo. Y no hablo de ese momento en el que alguien que podría caerte hasta bien te suelta un solemne "señor o señora" que te amarga un rato la mañana. Me refiero a lo que se transmite a los demás, además de el hecho de que te hablen de usted. Dejadez, aburrimiento, batallitas miles y conversaciones en las que el tema principal son los medicamientos y dolores.

Creo que la clave de todo esto, si es que la hay, es ser conscientes, sin amargarse la existencia, de que la vida son etapas. En cada una tenemos ventajas e inconvenientes. Afortunadamente, la madurez y vejez en la actualidad son momentos muy amables todavía. Se disfruta de la vida, de los nietos, la salud permite viajar, hacer deporte, las personas viudas o separadas retoman sus vidas, y muchas después de la jubilación comienzan a practicar o retomar sus aficiones favoritas.  

Así es que en realidad, lo que quisiera trasmitir es que uno envejece en realidad cuando quiere. Porque depende de la manera en que cada uno ve el mundo. Más allá de los achaques físicos y del lógico desgaste, hay viejos de treinta años, incapaces de disfrutar de la vida y jóvenes de setenta que se la comen saboreándola, porque no deja de ser un banquete, aunque a ratos se indigeste. 

La vida es un proceso imparable. Y como no sabemos en qué momento se acabará, lo mejor es aprovecharla a tope. Envejecer, con todo lo malo que pueda conllevar, significa vivir, algo que no todo el mundo puede decir. Significar poder seguir contándolo.