Kintsugi, ¿qué es?

Por Pilar, el 28/05/2019

Kintsugi, ¿qué es?

Todas las cicatrices tienen una historia detrás. Quién no ha recordado al mirar alguna aquello que le pasó cuando tenía cinco años y cuando corría detrás del gato...

Nuestra sociedad es de pocos remiendos. En todos los ámbitos. Algunos aún recordamos cómo había mujeres que se ganaban la vida arreglando los puntos que salían en las medias. Impensable hoy en día. No vale la pena, son muy baratas y seguro que el arreglo valdría mucho más que un par nuevo.

Pero al margen del coste económico de arreglar algunas cosas, es la actitud. Ocurre con todo, lo que se rompe se tira, los remiendos suenan a viejo, a denigrante, a pobreza.

En cambio, en la cultura japonesa, que tiene una filosofía de vida tan diferente a la occidental, se practica el Kintsugi, una técnica que repara los trozos de los objetos de cerámica rotos. Y no se pegan para que parezca invisible, que ahí no ha pasado nada. Se hace haciendo evidente el arreglo y se juntan los pedazos con oro. Porque visto desde su punto de vista, las cicatrices son bellas, son el recuerdo de algo. De un algo que a menudo nos ha hecho crecer.

Y aunque algo nos haya roto, repararlo significa salir adelante. Se juntan los pedazos de nuestra vida. Y se hace de forma bonita, evidenciando que ahí ha ocurrido algo. Y se luce con orgullo, porque en vez de "tirarse" a la basura, se ha hecho algo nuevo, transformado y muy hermoso, más fuerte de lo que era anteriormente.

El Kintsugi ofrece una nueva vida al objeto, uno que se ha roto a trozos, que se vuelve a recomponer desde la consciencia, curándolo como si de un médico se tratara. Es lo mismo que hacemos con nosotros mismos cuando resurgimos después de una mala época.

Reparar con esta técnica exige tiempo, paciencia. La misma que debemos concedernos de tanto en tanto, porque la calma es hermosa y la imperfección también. Al igual que se hace con el Kintsugi es bonito recomponerse, mostrarse de nuevo, sin lástimas, recordando que el pasado está ahí, que fue y ya no es, y que todas las experiencias nos enriquecen porque la vida es un paseo en el que las cosas se rompen. Solo hay que repararlas.