¿Qué es la autofagia y cómo beneficia a tu salud?
Por Pilar, el 23/09/2021

La autofagia es un proceso corporal de regeneración definido en 1960 y que adquirió más relevancia tras las investigaciones del doctor Ohsumi en los años noventa. Ohsumi ganó el Nobel de Medicina en 2016 por su investigación sobre la autofagia que ayudó a entender un poco mejor el Parkinson o la demencia, dos enfermedades neurodegenerativas muy comunes.
Autofagia es un término de origen griego, que viene a significar comerse a uno mismo. En este proceso se produce una renovación constante de las células del cuerpo, que reciclan los desechos y componentes que ya no sirven, evitando que se acumulen. Esto se consigue a través de las autofagosomas, pequeñas vesículas microscópicas.
Es la manera que tienen las células de desprenderse de aquello desechos que ya no necesitan. Cuando este proceso no funciona correctamente, se acumulan una serie de sustancias que son perjudiciales para el tejido que las expulsa y el organismo. Se relaciona el proceso de autofagia con el envejecimiento y algunas enfermedades. El afán de muchos investigadores es averiguar cómo alargar la vida, pero con calidad, sin enfermedades, retrasando el envejecimiento todo lo posible.
¿Puede la autofagia frenar el envejecimiento?
Las investigaciones apuntan a la relación estrecha entre autofagia y envejecimiento. La autofagia mejora el mantenimiento del sistema nervioso, previene contra problemas metabólicos relacionados con proteínas y grasas y contra el envejecimiento, ya que reduce la probabilidad de padecer alguans enfermedades. Desde las investigaciones del doctor Ohsumi, se ha planteado una cuestión: ¿intensificando este proceso natural se puede mejorar la salud reduciendo los efectos de las enfermedades de la vejez?
Realmente esto no es tan sencillo ya que es difícil saber a ciencia cierta si el problema celular produce la enfermedad o al revés. Y de momento las investigaciones se están realizando solo en ratones. Lo que no significa que una vez se desvele esta relación sea posible crear algún tipo de fármaco que consiga intensificar el proceso de autofagia.
Algunos expertos en nutrición y bienestar aseguran que la autofagia se puede inducir de forma natural con el ayuno, reduciendo los hidratos de carbono y practicando ejercicio de alta intensidad. Los experimentos realizados con ratones, han permitido observar los efectos del ayuno ya en las primeras 24 horas. Se trata de ratones que viven más tiempo y son más activos que los que comen normal. En cualquier caso, no se puede asegurar que esto mismo ocurra a las personas, no se puede asegurar cuánto ayuno sería necesario para tener los mismos beneficios.
Lo que sí está claro es que el ayuno estimula la autofagia, que tantos beneficios proporciona al organismo. La restricción de calorías y el estrés que produce el ayuno, son los que inducen la autofagia. Al no tratarse de una dieta, el ayuno resulta beneficioso siempre que no haya un problema que no lo haga aconsejable.
El ayuno resulta muy apropiado para perder peso, ya que distanciar las comidas permite reducir la grasa y aumentar el músculo, pero además, ayuda a reducir los factores de riesgo del cáncer, síndrome metabólico, enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares. El ayuno pues, resulta muy útil siempre que se siga una dieta saludable que no eche a perder todo lo conseguido ayunando.
No está claro que papel juega aquí la autofagia, ni se conoce cómo influye si lo hace, pero en cualquier caso, ayunar no hace mal a nadie. Que se pueda utilizar la autofagia como mecanismo para frenar la enfermedad y el envejecimiento requiere algo más de investigación y tiempo.
Imagen: febrian zakaria