Cómo encontrar buenas amistades
Por Pilar, el 03/12/2022

Hace muchos años leí un libro de Dale Canergie, sobre cómo hacer amigos. No recuerdo qué edad tenía, pero sí lo mucho que cambió mi forma de ver las cosas. Tal vez porque apenas tenía alguno y necesitaba saber cómo hacerlo. Me pareció que era una manera eso sí, profesional de hacer amigos. Siempre he pensado que la amistad y el amor surgen de forma inesperada, donde menos se imagina uno. Luego desde luego hay que cultivar esa amistad o ese amor, pero de entrada uno no va haciendo un casting para elegir a sus amistades o amores entre determinada gente. Aunque también creo que sí se hace para justo lo contrario, es decir, no buscar entre otro tipo de gente que no nos parece tan apropiada.
El caso es que de este libro me pareció interesante que la manera de hacer amigos, no fuera mostrándose uno mismo, sino que uno acabara consiguiendo la amistad de otra persona interesándose por su vida, sus inquietudes, sus deseos. Preguntar, observar, estar cerca, conocer a esa persona y hacer que por ese mismo interés mostrado, en otro momento acabar recibiendo el mismo trato. Una aproximación profesional, que con cierto feeling y con un poco de cariño puede acabar siendo una gran amistad.
Para alguien que estaba en la adolescencia ya cerca de la juventud fue un gran descubrimiento. No tanto estar por estar de cualquier manera, sino aprovechar para acercarse a los demás, interesarse por ellos más que desbordar con la propia presencia, mostrarse como alguien confiable, sinceramente preocupado por los otros. Y aquí otra de las cosas que más me llamó la atención, que el interés fuera sincero. Nada de pasar el rato. Preguntar con interés verdadero y conducir la conversación a que sea siempre de esa manera.
Lo más maravilloso es que funciona, es una forma estupenda de llegar a conocer, de verdad, a las personas a las que tenemos cerca, se conviertan o no en amistades, que francamente, es lo menos importante. Da igual que se queden solo en la categoría de conocidos o de compañeros de trabajo, o de amigos solo de un verano. El interés sincero por conocer a otras personas puede llevarnos a encontrar verdaderos tesoros en los que menos imaginamos. Y es una forma de salir de nuestra zona de confort, de acercarnos a cualquiera que el destino nos ponga delante, sin pensar en su aspecto, procedencia o popularidad. Es algo que hay que probar, porque funciona, es divertido y necesario en un mundo en el que triunfa el postureo, pero tras el cual puede haber una gran soledad. Plantéatelo como un reto en tu vida, no te arrepentirás!
Imagen: Simi Iluyomade en Unsplash