PSICO-SOMATIZACIÓN: manifestación de nuestras emociones

Por Tamara GJ, el 20/09/2012

PSICO-SOMATIZACIÓN: manifestación de nuestras emociones

La psico-somatización es el proceso mediante el cual nuestras emociones se manifiestan a través de nuestro cuerpo, de síntomas físicos que pueden pasar inadvertidos o ser un verdadero incordio (cuando pasamos vergüenza nos ruborizamos, y esto puede hacer que nos pongamos más nerviosos). Los animales sentimos y mostramos distintos tipos de emociones positivas (alegría, euforia, tranquilidad,...) y emociones negativas (miedo, culpa, ansiedad, odio, ira, rabia,...). Las primeras nos animan y nos hacen estar bien en diferentes momentos, mientras que las emociones negativas dañan nuestro organismo, causándonos dolor (nauseas, sensación de ahogo, calambres musculares,..). Todos psicosomatizamos, es decir, transmitimos nuestro estado emocional de forma inconsciente a través de nuestro cuerpo. Cuando nos ponemos nerviosos por una entrevista de trabajo, un examen, o una cita importante, podemos sentir algo en el estómago, no haber dormido bien la noche anterior o que nos cuesta respirar.

 Evita psicosomatizar

  • No te agobies, vive el momento. Si tienes que anticipar alguna situación, hazlo de forma realista y valora las todas las opciones,
  • No inhibas tus pensamientos y sentimientos, siempre hay una forma adecuada de expresarlos y no guardarse cosas que pueden perjudicarnos.
  • Si te sientes intranquilo, angustiado, excesivamente preocupado,... aprende alguna técnica de relajación para controlar tu estado de ánimo. Estando sereno, la solución se encuentra antes.
  • Controla tu salud y estado físico. Ajusta tu dieta y haz ejercicio de forma regular. "Mente sana en cuerpo sano".

Aprende a gestionar tus emociones

Cuando no reconocemos y gestionamos de forma correcta nuestras emociones, pueden descontrolarse y pasar de ser molestias puntuales (una par de días con insomnio) a enfermedades que dificulten nuestro día a día o incluso necesiten ser tratadas por un especialista (insomnio crónico, hipertensión, jaquecas continuas,...). Las emociones se pueden controlar. Si reconocemos los sentimientos y pensamientos que preceden a cada emoción (si pienso que algo va a salir mal, comenzaré a sentir miedo o tristeza y si estas sensaciones se intensifican o prolongan en el tiempo, terminaré vomitando o llorando sin control) Primero hemos de diferenciar cada emoción y saber qué provocan en nosotros, por ejemplo, cuando tengamos una entrevista de trabajo, podemos anticipar los efectos negativos en nosotros, ese nerviosismo que mostramos mordiéndonos las uñas, perdiendo el apetito, o no durmiendo. De esta forma controlaremos nuestras sensaciones antes de que empeoren. Podemos ayudarnos de distintas técnicas de relajación o de control de impulsos y controlando nuestra dieta y ejercicio físico, que también influyen mucho en nuestro estado de ánimo. Una vez sepamos lo "que nos sienta bien y mal" podremos aumentar de forma voluntaria y consciente nuestra predisposición hacia estados de ánimo positivos, minimizar los efectos de las emociones negativas.

Cada vez que sentimos una emoción nuestro cuerpo reacciona y viceversa

Si aprendemos a controlar las emociones evitaremos desarrollar enfermedades crónicas (trastornos cardio-vasculares, respiratorios, intestinales, problemas de ansiedad, depresión,...). Un solo pensamiento provoca cambios en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Si piensas en algo desagradable, comenzarás a sentir alguna emoción negativa (tristeza, rabia, miedo,...). Al contrario, si piensas en algo agradable sentirás cómo alguna emoción positiva se apodera de ti. Está predisposición es la clave de nuestro control emocional. Si nuestro estado de ánimo es positivo, nos sentimos mejor. Y si las circunstancias no son las más apropiadas para ayudarnos, pensemos en alguno de nuestros logros y de las cosas buenas que tenemos a nuestro alrededor y sonriamos por ello. Sí!! con sólo sonreír aumenta nuestra felicidad. Prueba. Dibujo: Carl Jung