Lo progresista es ser felices

Por JoseV, el 10/02/2016

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Por tanto progresista es decirte que el sistema educativo no busca la igualdad de oportunidades, que lo que premia es ser un conformista, que no des mucha guerra, que vivas a base de fútbol, Gran Hermano, Mujeres Hombres y Viceversa... o la chorrada del momento. Un sistema educativo, no ya deficiente, absolutamente inútil, en el estado actual de las cosas, porque no es que no prepare a los jóvenes para lo que tienen que enfrentarse profesionalmente, es que ni siquiera les dota de las herramientas intelectuales básicas para vivir, discernir, cuestionar, sin depender de las muletas ideológicas de unos u otros. Y ocurre pese a la existencia de magníficos profesionales. Recuerda: a más de uno de los que mandan, o quieren hacerlo, les interesa que la mayoría de la sociedad piense. Eso sería un incrotolable, imagínate que se les ocurren cosas que no pueden controlar. Vaya panorama.

Progresista sería explicarte que si se persigue el aborregamiento de la mayoría y no habrá trabajo para todos, la única posibilidad de salir adelante es ganarles la mano. Sea como sea, pese a que todos están en nuestra contra, con ganas, con imaginación, con el deseo de saber y progresar les puedes ganar. Porque en un mundo con trabajo para unos pocos, solo si creas tu propias obras físicas, intelectuales, artísticas... si lo que haces es diferente a lo que harán las máquinas mejoran tus oportunidades y podrás dar más sentido a tu vida. Eso sin contar con lo bien que sienta hacer lo que a uno le apetece. Y ahora dirás que tu no puedes crear, lo siento, no me lo creo. Puedes, sencillamente no lo has intentado, no has tenido la necesidad o la curiosidad, pero ten por seguro que eres muy capaz. Tal vez necesites aprender o simplemente dedicarle algún tiempo.

Respetar a los que queremos que nos voten eso sí que sería progresismo señores políticos. Y contarles que aunque nos gustaría que las cosas fueran de otra forma, la realidad es que las personas tenemos nuestros propios intereses, que somos débiles y por tanto actuamos de forma egoísta. Que ustedes mismos actúan así, escuchar eso a un político sería revolucionario, dejaría el progresismo en el rincón de las chacharas vacías. Y que nos contasen que eso es normal, no nos convierte en monstruos, que simplemente tenemos que aprender a asumirlo, que estamos muy lejos de ser perfectos, los que votan y los votados, uff eso ya ni te cuento. Por tanto debemos asumir que es absolutamente natural que en cualquier organización se tienda a defender los propios intereses y no los de aquellos a los que se supone se deben servir. Y así es normal que la sanidad, la educación o cualquier cosa pese a contar con gente fantástica pueda ser ineficiente, porque esos no son todos y somos egoistas, el bien del beneficiario del servicio no es nuestra prioridad. Por tanto siendo conscientes de ellos los sistemas deben diseñarse para corregir esa querencia, no para fomentarla y no dejar el control de temas muy importantes en manos de personas o colectivos que tienen intereses propios, diferentes del común.

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