La depresión sonriente
Por Pilar, el 02/02/2022

Sonreir no importa qué esté pasando... cuidado, porque detrás de una gran sonrisa y aparente felicidad, puede estar ocultándose una vida triste y algo tan grave como la depresión, una depresión sonriente que no se detecta desde fuera.
La depresión es una grave enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo. Una de cada cinco personas llegará a tener un cuadro depresivo alguna vez en su vida, cantidad que aumenta si se añaden situaciones de estrés o cualquier otra enfermedad. Según datos de la OMS la depresión afecta a un 3,8% de la población, aproximadamente unos 280 millones de personas la padecen en todo el mundo. Es una afección que puede producir discapacidad y en los casos más graves provocar el suicidio.
En algunos casos es incuestionable que una persona padece depresión, resultan evidentes las señales: tristeza, malestar, pesimismo. Pero en la llamada depresión sonriente, la persona afectada no presenta ninguno de esos síntomas. Enmascara su mal estado bajo una falsa apariencia de felicidad por lo que es mucho más difícil saber por lo que está pasando. Finje una vida satisfactoria, que oculta un grave problema.
¿Por qué ocurre esto? Alguien que se comporta así lo hace porque no quiere que se sepa cuál es su estado. Y si lo hace es porque es consciente de que le ocurre algo, aunque no lo reconozca. Entonces, ¿cómo podemos saber si alguien de nuestro entorno la padece?
- Si alguien asegura de manera contundente que no tiene problemas, que no le pasa nada, todo está bien, como si las cosas no le afectaran.
- Es una persona que ocupa absolutamente todo su tiempo en hacer actividades, sin dejarse un resquicio de tiempo para sí mismo. Es la manera de evitar encontrarse consigo mismo y enfrentarse con su situación.
- Además ese vuelco a los demás le permite conseguir la aceptación de los otros. Está siempre pendiente de cumplir con las expectativas que se tienen sobre ella. Es una persona que tiene una baja autoestima, muy susceptible ante cualquier crítica que se les haga, lo que todavía agrava más su situación personal.
- Si esta persona cambia sus hábitos de sueño y de repente comenta que duerme más de lo habitual o mucho menos. Los problemas de sueño son frecuentes en las personas depresivas. También los trastornos alimentarios, lo mismo comen poco que comen más de lo habitual.
El problema para reconocer cualquiera de estas situaciones es que hay que conocer muy bien a esa persona para ser conscientes de que algo ocurre, puesto que en público se cuidará mucho de mostrar ningún problema o debilidad. Así es que hay que ser muy observador, porque en apareciencia, estamos delante de una existencia idílica.
Pero, a pesar de la aparente energía y alegría que tienen estas personas cara a los demás, a solas las cosas cambian y es cuando aparecen los pensamientos más oscuros. Es cuando aparece el riesgo de suicidio, en las personas que además de arrastrar una depresión, tienen un gran desgaste emocional para intentar ocultarla
¿Por qué alguien se empeña en ocultar que no se encuentra bien?
La depresión es una gran incomprendida. Vista desde fuera, cuesta entender que en apariencia, personas que lo tienen todo no disfruten de una vida que para sí quisieran otros y encima lo pasen mal. Pero lo cierto, es que no se puede elegir estar depresivo o no.
Además hay que tener en cuenta que el que padece depresión puede sentir miedo o vergüenza de reconocer lo que le ocurre, porque las enfermedades mentales están estigmatizadas. Por otra parte, según la situación personal de cada uno, es posible que la persona afectada no quiera preocupar a sus familiares más directos y sencillamente disimule. Y esto ocurre porque no quieren ser una carga, pero tampoco quieren mostrarse débiles, por mucho que sea algo habitual en las personas.
Factores de riesgo de la depresión
Cada persona es diferente y afronta problemas y alegrías de modo distinto. La depresión sonriente es más frecuentes en personas exigentes, muy perfeccionistas, que necesitan controlar todo lo que ocurre a su alrededor. Suelen ser personas introvertidas, a las que les cuesta exteriorizar sus sentimientos. Una situación emocional fuerte e inesperada puede provocar una depresión en este tipo de personas. En la vida es inevitable tener metas ambiciosas, esperar más, pero no debe entenderse como un fracaso que esas expectativas no se cumplan. Maquillar lo que ocurre no es sano, pero además, solo acaba siendo un engaño para el que lo hace, no para los demás. ¿No hay que ser ambicioso? Sí, pero también realista, con un pie en el suelo, entendiendo que las cosas no salen siempre como uno espera.
El uso malsano de las redes sociales también puede desencadenar esta depresión. Es habitual que la gente comparta fotografías y estados de sus mejores momentos, obviando los malos, creando una ilusión de vida que no tiene nada que ver con la realidad, pero que es una situación ideal para las personas que quieren mostrar siempre su lado positivo, una felicidad que no existe.
¿Se puede tratar la depresión sonriente?
La depresión sonriente tiene tratamiento, aunque es más difícil de identificar que la depresión clásica, con síntomas más evidentes. La OMS asegura que los la depresión sonriente presenta síntomas antitéticos a los de la depresión clásica, lo que puede complicar su diagnóstico. Además, para que alguien busque ayuda, debe reconocerse enfermo, y si no lo hace no se podrá tratar. Encontrar el origen de la depresión es fundamental para curarse, seguir una terapia, cambiar el estilo de vida, contar con el apoyo del entorno y un tratamiento farmacológico adecuado.
La depresión es complicada, es invasiva, porque también afecta a la vida de los que rodean al enfermo, pero afortunadamente tiene solución, y un diagnóstico precoz es fundamental. Ante cualquier síntoma de depresión, por leve que sea, es necesario acudir al médico, para que no vaya a más. Se considera que existe un trastorno depresivo mayor cuando los síntomas duran más de dos semanas, todos los días, y afectan a las actividades cotidianas. Un profesional puede ayudar y mucho a salir de este momento, pero también alguien cercano a la persona afectada, con el que haya confianza para desnudar los problemas más íntimos. La vida tiene buenos y malos momentos. Tan malo es tener un pesimismo exagerado, como pretender ocultar los problemas y debilidades detrás de una sonrisa que no sale de verdad, que no es más que una máscara.
Imagen: laura chouette