Organízate, pero sin estresarte
Por Pilar, el 03/03/2023

Aprovechar el día al máximo en el trabajo, el estudio y en general en la vida cotidiana, que el tiempo cunda más en todos los ámbitos es un deseo para muchas personas.
Para organizarse bien el tiempo es necesario hacer prioritariamente las tareas que son precisas, urgentes y después ir haciendo las demás en un orden que cada uno debe establecer. Trocear las más complicadas para no acumularlas para otro día y aprovechar esos momentos entre tareas que pueden servir para seguir la regla de los dos minutos. Esa que dice que si algo cuesta menos de dos minutos es mejor hacerlo ya, para evitar que se nos acumule para más tarde y entonces tengamos unas cuantas tareas que multiplicadas por dos minutos supongan un tiempo que no tenemos.
Pero, puede ocurrir que queriendo aprovechar al máximo el tiempo, lo rellenemos todo tanto, sin dejar un momento desocupado, que acabemos por estresarnos. Y por no tener ese tiempo libre que pretendíamos conseguir. Por no hablar de que en esa obsesión, acabemos haciendo tareas que no nos correspondía hacer a nosotros. Recordemos que uno de los pilares para una buena gestión del tiempo es saber delegar en otras personas tareas que a nosotros nos resulta imposible hacer, o porque necesitamos ese tiempo para cosas que solo nosotros podemos hacer.
Y hay que pensar que no somos máquinas, que es maravilloso aprovechar los viajes en metro o bus para mandar esos WhatsApp que siempre olvidamos, o un viaje algo más largo para repasar inglés. Pero tampoco debemos olvidarnos de escuchar música, de leer por placer o sencillamente no hacer nada durante unos minutos. Ni nuestra vida ni la del universo van a cambiar por esos minutos de inactividad.
Así es que recordemos que el estrés por no saber organizarse también puede aparecer cuando queremos hacer demasiadas cosas y nos olvidamos de que tenemos que vivir. Organiza tu vida, desperdicia el mínimo tiempo posible, pero cuida de no ocuparte tanto que no tengas tiempo para vivir. No es más feliz el que más tiene, tampoco el que más trabaja...
Imagen: Rick Gebhardt en Unsplash